Llegan con fuerte custodia a muestra en Oro 18 pinturas de Carlos Páez Vilaró

Desde este sábado a las 19 hasta el 31 de mayo tendrá lugar en el Museo Estación Cultural Lucinda Larrosa de Fernández Oro la prestigiosa muestra del reconocido artista plástico Carlos Páez Vilaró, "El Pintor del Medio del Río”.

“Serán 18 pinturas producidas por él, con temática diversa y el gran abanico que nos propine la excelente obra de un artista de elite que recorrió el mundo”, contó Rodrigo Magallanes, el gestor cultural y productor de la muestra.

“La actividad surge a raíz de una iniciativa que tuvimos con Florencio Páez, uno de sus hijos, tras la decisión que en su momento expresó el artista (fallecido en 2014), donde decidió universalizar aún más su obra y acercarla a la mayor cantidad de público. Llevar la muestra a la puerta de la casa de los vecinos, para eso alquiló una Van, hizo una selección obra y la trasladó a los museos, a los convencionales y a los otros”, explicó a LM Cipolletti.

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La muestra de Páez Vilaró comenzará este sábado en Oro.

“El tenía un gran sentido social y la humanidad de Carlos, más allá de ser quien era, siempre lo distinguió. Por esa razón nos propusimos una aventura más arriesgada dado que las distancias en Argentina son inmensas y era el lei motiv del pintor del “medio del río”. Su obra está signada por las dos orillas, la mayor parte de sus obras de hecho han sido concebidas en Tigre. Está es la segunda etapa, iniciamos el periplo por el litoral, Santa Fe, Córdoba, provincia de Buenos Aires… En mayo la última hicimos un stand by y ahora retomamos”, ahondó en detalles.

Adelantó que la gira que iniciará en Oro luego continuará por la Cordillera y el resto de la Patagonia y le tiró un palito a la pasada a Neuquén. “Las conversaciones iniciales fueron con el Museo de Bellas Artes de Neuquén, estaban avanzadas las gestiones pero de repente se desentendieron del tema. No hay mal que por bien no venga y por suerte recogieron el guante tanto en Oro como de otras ciudades cordilleranas”, rescató.

“En Oro se hará en un lugar maravilloso, emblemático, a partir de una gran gestión local y municipal y de empresarios de la zona”, agregó el productor, quien indicó que las pinturas “estarán con custodia y a la venta” aunque no ventiló cifras.

Inspiró el paredón blanco de Las Grutas

A finales de la década del 80, Carlos Páez Vilaró llegó a Las Grutas, el balneario rionegrino que caminaba a convertirse en el gran centro turístico que es, y quedó encantado con las bellezas naturales que encontró.

Los testimonios cuentan que le recordó al paisaje de Casa Pueblo, el emblemático edificio ubicado en Punta Ballenas, en proximidades de Punta del Este, donde veraneaba y trabajaba en su atelier.

Su presencia no pasó desapercibida, pues también dejó su marca al haber promovido, como en aquel lugar de Uruguay, las formas de estilo mediterráneo que hoy se pueden apreciar en los blanqueados paredones de la costanera, en las bajadas a la playa, el parador de La Rinconada y alguna que otra propiedad privada.

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Estos detalles arquitectónicos, que caracterizan a la villa balnearia, en 2020 adquirieron relevancia al sancionar el Concejo Deliberante de San Antonio una Ordenanza que declaró Patrimonio Cultural Municipal al murallón costero que se extiende desde el barrio Terraza al Mar hasta la Séptima Bajada. Poco más de 3.300 metros.

Pero además el artista obsequió a la comunidad dos murales con su particular estilo. Uno está en el aeródromo Antoine de Saint-Exupéry y el otro en la Delegación Municipal.

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Esta última obra tiene la particularidad de que como originalmente la había pintado en el anterior edificio comunal ubicado sobre la costanera y demolido para construir el complejo de un gremio que petrolero que compró el terreno- escindieron el trozo de pared donde lo había trazado y lo trasladaron al nuevo edificio, donde está expuesto al público.

En 2014 integrantes de la Dirección Nacional de Patrimonios y Museos Argentinos realizaron trabajos de restauración de ambos murales.

Una reseña sobre Crlos Páez Vilaró

Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo, Uruguay, el 1 de noviembre de 1923. Debido a su fuerte vocación artística se fue en su juventud a Buenos Aires, donde se vinculó al medio de las artes gráficas, como aprendiz de cajista de imprenta en Barracas y Avellaneda.

Regresó a Uruguay, en la década del 40. Motivado por el tema del candombe y la comparsa afro-oriental y se vinculó estrechamente a la vida del conventillo “Mediomundo”, entró de lleno a manifestarse en el campo del arte.

Páez Vilaró se entregó totalmente al tema, pintó decenas de cartones, compuso candombes para las comparsas lubolas, dirigió sus coros, decoró sus tambores o incentivó un folklore que en ese momento luchaba por imponerse contra la incomprensión.

Conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y Calder en sus talleres y vivió con el Dr. Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné. Páez Vilaró, integrando la Expedición Francesa “Dahlia”, consiguió realizar en África, el film “Batouk”.

En su vasta tra[1]yectoria de realizaciones y a pesar de los viajes y los cambios experimentados en su pintura durante el medio siglo de acción, el artista conservó con solidez su lealtad al tema afro-uruguayo.

El conventillo “Mediomundo”, punto de arranque de su obra, fue demolido y con él, su riquísimo historial. Páez Vilaró, radicado finalmente en Punta Ballena, Uruguay, tuvo su taller en la cúpula mayor de Casa[1]pueblo, su “escultura habitable”, modelada con sus propias manos, sobre los acantilados que miran al mar en Punta Ballena.