Mapuches conmemoran el Wiñoy Xipantu, su Año Nuevo
En la tradición del pueblo originario, se tiene al inicio del invierno como el momento natural en que queda atrás lo viejo y empieza un nuevo ciclo vital.
Comienza este martes el invierno en el hemisferio sur del mundo y para el pueblo mapuche, originario de estas tierras, el acontecimiento marca la celebración del Año Nuevo, o Wiñoy Xipantu, en su lengua nativa, el mapudungun.
En la zona, el festejo más característico se concretará en el lof Nehuen Mapu, al aire libre, en la meseta de la vecina ciudad de Neuquén, lindera a la Colonia Nueva Esperanza.
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La actividad neuquina se realizará el viernes 24, puesto que tradicionalmente las propuestas vinculadas al reinicio de los ciclos naturales, como consideran al año que se inicia los mapuches, suelen extenderse durante varias días.
En Cipolletti y otras ciudades del Alto Valle rionegrino, los festejos adquieren habitualmente un carácter más familiar, pero siguiendo las costumbres ancestrales del pueblo que habitaba estas tierras a la llegada de españoles y criollos.
Millalen Carranza es mapuche, vive en General Roca y enseña el mapudungun en el Barrio Obrero de Cipolletti. Impulsa la recuperación de la cultura y los derechos de su comunidad y procura que perduren las tradiciones antiguas que caracterizan a su gente.
Este lunes explicó que el Wiñoy Xipantu se celebra en coincidencia con el solsticio de invierno, esto es, el momento en que la noche marca su duración máxima. Luego, lentamente, con el correr de los días, se irá haciendo paulatinamente más corta hasta ser igual al día en el equinoccio de primavera. En el solsticio de verano, en cambio, es el día el que llegará a su máxima duración, luego irá decayendo y en el equinoccio de otoño otra vez el día y la noche serán iguales.
Para los mapuches, el comienzo del invierno y su noche más larga del año representa el punto en que se acaba una etapa natural para dar paso a otra, marcada por un lento pero constante avance de la luz sobre las sombras.
Millalen expresó que es habitual que las personas de su pueblo pasen muchas horas despiertas durante la noche del solisticio invernal y que se ingieran alimentos y también bebidas típicas como el muday, basada en la fermentación de cereales como el maíz y el trigo o de la semilla del pehuén, los sobrosos piñones. O como la chicha de manzana. Entre las comidas, no suelen faltar los asados y diversos preparados bien autóctonos.
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