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En cuarentena, muchos trabajadores comienzan a pasar hambre

Si no salen a trabajar, no subsisten. Pertenecen al sector informal, la nueva demanda que aparece durante la cuarentena.

Por Guadalupe Maqueda / [email protected]

Albañiles, peluqueras, empleadas domésticas, jardineros, pintores, el que realizaba alguna changa en las chacras...toda la gente que trabaja en la informalidad para ganarse el pan de cada día, hoy no tiene ingresos para cubrir las necesidades básicas de su hogar y el hambre comienza a golpear su puerta. Algunos se valieron de ahorros, pero a medida que pasa el tiempo, estos se terminan; o tuvieron que pedir dinero y endeudarse.

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El estado de situación para muchas familias es desesperante; y comienza a palpitarse cada vez con mayor fuerza en distintos ámbitos de asistencia social y comunitaria. "A partir del 23 de marzo se suman los pedidos de gente nueva que no atendíamos fuera de este contexto, de la cuarentena, porque podía resolver por su cuenta la cuestión alimentaria. Digamos que lograba subsistir con ingresos propios. Rápidamente aparecieron 40 entregas de módulos alimentarios, y las necesidades se fueron incrementando con los días", comentó la secretaria municipal de Desarrollo Humano, Viviana Pereira.

Luego del último fin de semana largo, esta demanda nueva, que no tenía antecedentes en la asistencia del Municipio, y fue detectada a través de los centros de promoción, comenzó a crecer. "Los días 26 y 27 de marzo hicimos otra entrega masiva de 300 módulos de alimentos para dar respuesta a la situación de desesperación que plantean muchas familias", agregó la funcionaria municipal.

En diálogo con LMCipolletti, aclaró que deben evaluar con mucha rigurosidad caso por caso, ya que los recursos del Municipio son finitos y hay que cuidarlos y optimizarlos con un criterio de razonabilidad. Si bien reconoció que tienen una responsabilidad como Estado, advirtió que el Municipio "es la primera línea de batalla" y cumple con obligaciones paralelas a otras que deben asumir los gobiernos provincial y nacional.

"Es duro pensar quién recibe el módulo de alimentos y quién no, pero es necesario ser estrictos; y resguardar y optimizar los recursos que tenemos. Esto recién empieza, todavía no llegó el frío y tenemos dos semanas por delante de cuarentena", sostuvo Pereira.

La dirigente barrial Lila Calderón hizo notar que la ayuda de alimentos que llega a los barrios es insuficiente y que las medidas anunciadas por los gobiernos para pasar la cuarentena todavía no se ven, como está pasando con la tarjeta alimentaria y el bono de 10 mil pesos (como ingreso familiar de emergencia para desempleados o trabajadores informales).

Advirtió también que "el sector informal es importante y ha quedado a la deriva. Acá, lo real, es que los más perjudicados son los que menos tienen".

Dijo que por estos días lo observa afuera del comedor del barrio Obrero, donde comienza a juntarse gente que por la cuarentena no puede salir a trabajar y necesita comer. "Son muchos los que trabajan y viven de la economía popular, que trabajan en negro y hoy están en pelotas. Vecinos que levantan la manzana en las chacras, de eso hay mucho también. Y nosotros podemos ser un soporte, pero no somos el Estado", manifestó.

Si bien reconoció que el Municipio está ayudando con bolsones de alimentos, al mismo tiempo comentó que hay mucho malestar en los barrios. "Con seis productos, lo que trae la bolsa de alimentos, no hacés nada", apuntó.

comedor

Más asistencia

El universo de atención que atiende el Municipio durante la cuarentena no sólo se amplió a los trabajadores informales, sino también a otros rionegrinos que por cuestiones de salud llegaron a esta ciudad para recibir atención y ya no pudieron regresar. Quedaron varados en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Si bien son ciudadanos con obra social que reciben cobertura para el alojamiento, se están quedando sin dinero para satisfacer otras necesidades y también solicitan ayuda al Municipio en lo que tiene que ver con el suministro de medicamentos y alimentos.

Incluso, Pereira contó que se suma nueva gente en situación de calle que se las rebuscaba con alguna changa; y deambulaba, de casa en casa. Pero, ahora, que es necesario cumplir con la cuarentena en un lugar fijo, no tienen dónde ir.

En el área social del Municipio tomaron la previsión de comprar insumos -perecederos y no perecederos- y tienen stock hasta septiembre. Pero Pereira reiteró: "Tenemos que administrar bien estos recursos".

Desde la Municipalidad ayudan con bolsones de alimentos, pañales y artículos de limpieza (lavandina, detergente y jabón blanco); y se encuentran atentos a las fechas probables de entrega de la tarjeta alimentaria y los bonos de 10 mil pesos que el gobierno nacional otorgará por única vez . Estas medidas ya anunciadas ayudarán a descomprimir la situación de desesperación de muchas familias.

Suministros habituales

Fuera del contexto de la pandemia, el Municipio ayuda a mil familias con módulos de alimentos que otorga una vez al mes, a lo que se añaden 3500 bolsones más que suministra a los comedores, además de algunos artículos de limpieza. "Esto es lo habitual", indicó Pereira.

Estamos viviendo un momento atípico. La emergencia sanitaria es una circunstancia donde uno no sabe qué puede suceder ni prever”, expresó.

Destacó el incremento de la demanda social y la necesidad de darle respuesta “a partir de que somos el Estado Municipal, con nuestros recursos que son finitos”. Y agregó que la llegada de los programas sociales nacionales y provinciales contribuirán a amortiguar las consecuencias de esta crisis.

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