Se vienen nuevos aumentos de la carne y seguirá la caída del consumo

En medio de una enorme caída en el consumo, los carniceros cipoleños empezaron a recibir mercadería para la venta con un significativo aumento de precio de entre 350 a 500 pesos por cada kilo de carne sin hueso de la media res. El incremento impactará de lleno en el bolsillo de la gente, profundizando la caída del consumo.

Gran parte de la carne vacuna que se comercializa en la región proviene de La Pampa, pero se trata solamente del producto sin hueso, a raíz de la vigencia de la barrera sanitara que protege a la ganadería de la Patagonia, al sur del río Colorado, de la fiebre aftosa. La carne con hueso depende de la hacienda propia de Río Negro y Neuquén.

El hecho es que, de unos 6.000 pesos por kilo de carne sin hueso de la media res, que se cobraba hasta hace unos días, los proveedores comenzaron recientemente a cobrar $6.350, $6.400 e, incluso, $6.500, lo que representa un envión "muy fuerte" y que se hará sentir en el mostrador.

El traslado a los precios que deberá pagar el consumidor es cuestión de días y máxime porque en las carnicerías los suministros sufren aumentos todo el tiempo, aunque de poca magnitud, con lo que pueden ser absorbidos o amortiguados, bien que mal, en el mercado minorista.

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Subieron los precios de la carne sin hueso que proviene de La Pampa y en las carnicerías trasladarán los mayores montos a sus ventas. Se vislumbra una mayor caída del consumo por el impacto en los bolsillos.

Según el dirigente mercantil José Luis Bunter, quien se dedica al rubro cárnico, los incrementos pequeños se suelen dar cada 10 ó 15 días y acostumbran a ser seguidos por subas más considerables transcurridos unos 45 días. El incremento que se ha registrado en los últimos días es de este último tipo, pero ha llamado la atención por su magnitud.

Para los carniceros, se están acotando mucho los márgenes de maniobra y en ello se debe considerar también que de la media res no todo es aprovechable económicamente, porque hay que descontar lo que se descarta de grasa, tendones, nervios o vasos sanguíneos. En consecuencia, recuperar la inversión se ve limitada desde el vamos.

En resumen, los precios van a subir y lo harán en un momento "muy complicado" para el sector, puesto que siguen derrumbándose las ventas. La crisis económica y financiera del país ha impactado con demasiado rigor en los salarios de amplios segmentos de la población, que han reducido sus compras de carne vacuna, cuya ingesta per cápita está en mínimos récords para la Argentina.

Si bien muchos consumidores han cambiado sus hábitos y han remplazado la carne bovina por la de cerdo o la de pollo, que son más baratas, hay otros consumidores, también numerosos, que se han visto obligados a privilegiar una nutrición basada principalmente en derivados de la harina, como las pastas y el pan, y en aquellos vegetales que todavía mantengan precios razonables y no astronómicos. El consumo de enlatados y de fiambres baratos, son otra alternativa.

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La carne fue alguna vez un alimento muy adquirido por las familias argentinas. Hoy, su consumo registra mínimos que pueden convertirse en históricos. La crisis económica está en un momento candente.

Bunter expresó que en las carnicerías se está dando el dilema de si continuar encargando volúmenes apreciables de mercadería a los proveedores o si, por el contrario, frenarse y volverse más precavidos porque la caída del consumo está causando estragos.

Y no es para menos, puesto que las ventas en la ciudad han descendido más de un 30 por ciento desde hace ya un tiempo, con lo que la estabilidad de los comercios del rubro se ha puesto a prueba seriamente.

El empresario mencionó algunas estadísticas que ha hecho circular recientemente la Fundación Pensar, entidad relacionada con el Pro y, en particular, con la tendencia del ex presidente Mauricio Macri. Los datos sirven para la reflexión y para observar el tamaño de las dificultades imperantes en el mundo económico.

Así, por ejemplo, se destaca que el consumo en general de todo tipo de bienes por parte de la sociedad "aún no logra recuperarse" de la herencia de la pasada administración nacional y "está próximo a alcanzar niveles similares a la pandemia". En este contexto, el consumo de carne es el "más bajo en 30 años" y el de electrodomésticos el menor de los últimos 12 años a esta parte.

En el caso concreto de la carne, hacia abril pasado se registró una caída en el consumo del 6 por ciento, en tanto que el consumo de leche se desplomó en el primer cuatrimestre un 18%. Otros indicadores muestran que el consumo de medicamentos se redujo un 6% en mayo, mientras que la compra de electrodomésticos se derrumbó astronómicamente en el año, con una baja del 41%.

Salarios a la baja y más pobreza

El informe de la Fundación Pensar también destaca que avanzado el año el salario real ha caído un 16%, el salario promedio un 20%, el salario mínimo un 29% y la jubilación mínima un 19%. Además, puntualiza que en el primer trimestre del año el número de pobres aumentó en 3.200.000 personas, en tanto que las personas en situación de calle sumaron un 14% en su cantidad. El cierre de cuentas de sueldo hasta abril alcanzaba la abultada cifra de 339.669 menos.

Por otro lado, otro informe, en este caso de la Cámara de Industrias y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), puntualiza que en el primer cuatrimestre del año el consumo de carne en el país cayó un 17,5% respecto a similar período de 2023.

Según otro estudio disponible, las proyecciones anticipan que, al cierre de 2024, el consumo anual de carne vacuna promedio por habitante podría ser de solo 44,8 kilos, con lo que estaría por debajo del piso histórico de 46,9 kilos registrado en 1920, es decir, más de 100 años atrás. La estimación la efectuó la Bolsa de Comercio de Rosario, que precisó que el promedio histórico es de 72,9 kilos. Lejos de lo que ocurre en la actualidad.