Luisito, el popular vendedor de huevos desalojado tuvo noticias
La respuesta que le dio la Muni al conocido vendedor ambulante tras el reclamo que realizó vía LM Cipolletti. ¿Recupera los 200 mil pesos?
Horas después de exponer su inconveniente laboral, Luisito, el popular vendedor de huevos del centro cipoleño que había sido desalojado de su modesto puesto de trabajo en la vía pública tuvo respuesta de parte de la Municipalidad.
Cabe recordar que el viernes, el comerciante reveló a LM Cipolletti que imprevistamente le habían levantado su histórico puesto ubicado en 25 de Mayo y Fernández Oro.
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En medio de la sorpresa que eso le generó tras cinco años ininterrumpidos de desempeñarse sin problemas en esa esquina, Luisito confesó que al menos pediría al intendente que le permitan vender la mercadería que almacenaba en su hogar, estimada en 200 mil pesos, para recuperar la inversión.
Pues bien, en ese escenario este personaje tan conocido en la zona recuperó la sonrisa ya que ahora aseguró a este medio que "me llamaron de Comercio, me dijeron que no era conmigo, que de Bramatología se habían equivocado porque tengo todo en perfectas condiciones".
Lo cierto es que todo volvió a la normalidad para Luisito. ¡Menos mal!
Su descargo
“Todo comenzó cuando se largaron a vender enfrente de la plaza familias con cajones, después vino otro ‘muñeco’ con cajones y reposeras. Le avisaron que se vayan y no se fueron. A mí no me dijeron nada y respiré aliviado, qué ingenuo que fuí”, aseguró con sarcasmo el día que lo corrieron de su trabajo.
“Vinieron al otro día los de Bromatología para avisarme que no podía vender más. Voy a ir a hablar con Buteler -por el intendente- el lunes mismo”, agregó.
En medio de este trago amargo ya superado, destacó la lealtad de sus clientes. “La gente venía atrás mío mientras me sacaban. Estaban más enojados que yo; ¿cómo te van a sacar si sos del barrio, sos histórico’ me dicen. El sábado anduve por el centro y lo mismo, me preguntaban por qué no estaba vendiendo”.
Luisito atribuyó la decisión a los “cambios de gobierno, suele pasar. Voy a hablar y después me iré a Neuquén a ver si puedo vender allá, cumplo 64 en abril y quién me va a dar laburo ahora”.
“Uno ya está curtido, tampoco me enojé con los inspectores, hacen su laburo”, culminó.
Su historia
Nació en Cinco Saltos, pero a los 12 arribó a nuestra ciudad y ya se considera “un cipoleño más” quien tiene 5 hermanos.
Era “chofer de colectivos, hacía Viajes y Turismo, también trabajé para empresas petroleras y escuelas rurales”, explica.
“Hacía el transporte escolar para el Municipio e iba hasta las chacras. Los chicos son hermosos, pero hay que aguantarlos eh”, continúa su relato. Pero llegó un momento en el que justamente, un poco por elección de vida y otro por hartazgo se animó a pegar un volantazo.
“Fue lo último que hice formalmente. Hace 6 años me bajé del colectivo tras estar 10 años con los pibes. El tema básicamente es que no tenés fiesta de Navidad, Año Nuevo, nada… Se te va la vida arriba del micro”, confiesa las razones que impulsaron un giro personal de 180 grados.
Primero “vendía cerezas, pelones, siempre en la calle con un amigo”. Y luego se estableció con los huevos en un punto clave de la ciudad. Y, dicho por él, “me iba bien”. Hasta que ahora le prohíben continuar.
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