Comedor atraviesa un difícil momento por falta de donaciones
El comedor Ubuntu Ferri está atravesando serias dificultades para funcionar y brindar un plato de comida, en particular, a los niños que pasan hambre.
Con una angustia que se acentúa día a día, pero sin bajar la guardia, en el comedor Ubuntu Ferri hacen todo lo posible para seguir preparando comida para cientos de personas acosadas por el hambre. Conseguir mercadería para cocinar se vuelve una proeza cotidiana y para muchos adultos y para muchos niños el alimento que esperan es cuestión de subsistencia.
Desde hace un tiempo, la actividad del comedor popular, ubicado en la toma de las vías de Ferri, se ha visto más complicada por problemas de salud que viene enfrentando su principal impulsora, la referente Mónica Genen. Sin embargo, ni siquiera las dificultades que padece han logrado detener los esfuerzos de la dirigente, que nunca deja buscar soluciones a las carencias. El dolor de saber que hay niños sin comer es un clamor demasiado poderoso para ella.
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Hace un par de día, Genen efectuó un dramático posteo por facebook lo que se está viviendo en estos días. Hablando a cámara, dijo: “Como es de público conocimiento, estamos mal. El país está mal. Todo está mal”.
Indicó que “nosotros hace diez años que estamos con el comedor y siempre fue a pulmón. En una época, hubo muchas donaciones, muchas cosas buenas, porque era distinta la situación general. Nunca me metí en política. O sea, fui una persona de la política por años, pero cuando era muy joven. Después, como que vi otras cosas, y como que te alejas de todo. Me dediqué más a ayudar a la gente”.
Explicó que contribuir con la comunidad “era lo yo quería hacer, lo que me llenaba, lo que me hacía bien. Todo el mundo sabe que creo mucho en Dios, pero no soy mucho de ir a la Iglesia. Soy de hacer cosas por los demás”.
Y en la actualidad, todo se está volviendo más complicado. “El tema es que ahora estamos pasando una situación muy mala. Y ya no están más las donaciones grandes, ya nadie más asiste al comedor de ninguna forma. Todo lo que se hace es a través de la solidaridad. Por ahí, me escriben mensajes bastante feos. No es que nosotros ayudamos a gente vividora, aprovechadora, que le gusta vivir de los demás, y qué sé yo”.
Trabajar por 60.000 pesos por semana
A modo de ejemplo, mencionó la situación de “una mamá que tiene un nene con Síndrome de Down va tres veces en la semana nada más trabajar. Trabaja por hora. A veces trabaja dos horas, a veces tres horas y le pagan 10.000 pesos la hora. Imaginate nomás, con 60.000 ó 90.000 pesos por semana qué es lo que puede llegar a hacer una persona con lo que cuesta todo”.
Los problemas socioeconómicos están muy extendidos. “Una familia que tiene cinco chicos, trabajan los dos padres, pero cada vez hacen menos. O sea, así hay miles de casos. Entonces, vagos no hay, aprovechadores no hay. Es toda gente que no llega, gente que la está pasando mal y no llega”.
“Nosotros estamos haciendo unas vianditas, las estamos haciendo, pero las estamos haciendo acá en mi casa, ya ni voy al comedor a hacerla. Y, aparte, estamos recibiendo donaciones dos veces por semana de viandas también. Siempre tenemos que tener en qué ir a buscarlas o ver si alguien hace el favor de ir, pero se complica. Todo se complica”, expresó.
Transitando un momento complicado
Genen refirió que “antes yo iba a vender cosas, plantas, libros, bijuterie, ropa que era de mis nietos, cosas de mis nietos, un montón de cosas. Yo me movía siempre. La gente lo sabe, la gente que me conoce lo sabe, pero hoy no estoy pasando un buen momento de salud, entonces no puedo andar para arriba y para abajo”.
En esta realidad que se hace cuesta arriba, manifestó que “siempre son los mismos los que donan” y pidió a la población donar lo que está a su alcance. “Acá, el comedor está abierto al público. Todo el mundo sabe el trabajo que se hace. Porque no es solamente el plato de comida, son un montón de funciones que se cumplen desde el comedor. Por ahí, somos también un nexo entre la gente con funcionarios del Municipio, de Provincia, con quién sea, por cosas que se les pregunta a estos para ver si pueden ayudar. Y hasta ahora han ayudado a la gente, cuando les he pedido por alguien”, puntualizó.
Sin embargo, “en este momento la estamos pasando realmente muy mal. No estamos pudiendo cocinar, cada vez se vuelve más difícil, las garrafas están carísimas, eso hay que comprarlo. O sea, hoy estamos comprando todo, no es que compramos unas cosas sí y otras no, como hacíamos antes, en que no donaban todos los alimentos secos y entonces nos teníamos que ocupar de otras cosas. Ahora tenemos que comprar todo”.
“Y está muy complicado y, así como está todo complicado, la gente está muy complicada. A mí, sinceramente, me rompe el alma y el corazón que vengan criaturas. Por ahí, los grandes no interesarían tanto, pero que vengan criaturas a decirme ‘cuándo vas a cocinar Moni, nosotros nos acostamos sin comer’ o ‘fuimos a la escuela sin comer’, cosas así. Es muy triste que pase eso. Entonces, yo apelo a la solidaridad, a ver si hay nuevos aportantes”, enfatizó.
Donaciones para seguir funcionando
“La gente sabe de nuestro trabajo, en nuestro facebook está todo. Y si quieren venir a conocer el comedor y ver cómo se trabaja, las puertas están abiertas para el que quiera”, indicó. El alias de Mercado Pago donde se pueden realizar donaciones es M.B.P.G.MP (el alias así como está, todo con mayúscula).
Dedicarse a asistir a los que están pasando más mal, trabajar por los más humildes, implica un profundo compromiso y una vocación solidaria especial. Por eso, dar una mano al comedor en estos momentos complicados se torna imperioso para quienes todavía pueden aportar. En Ferri están esperando.
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