Advierten por el aumento de la pobreza en tomas de Ferri
Una referente barrial afirmó que hay niños con bajo peso y adultos que no tienen recursos para comprar medicamentos. Lanzan una campaña por alimentos , ropa y útiles escolares.
Niños con muy bajo peso y aspecto de padecer desnutrición, ancianos que no pueden comprar medicamentos de primera necesidad, adultos a los que les da vergüenza ir a pedir comida y perros raquíticos y llenos de garrapatas y pulgas son el testimonio cada vez más desolador de la realidad social en las tomas de las vías de Ferri.
El triste panorama lo vienen observando con creciente preocupación en el comedor Ubuntu, cuyas responsables lanzarán a partir de este lunes una campaña para conseguir alimentos para humanos y para perros, remedios, además, de guardapolvos y útiles escolares para anticiparse a un nuevo ciclo lectivo.
“La situación es cada vez más caótica, es terrible”, enfatizó la referente del emprendimiento solidario Mónica Genen, quien sostiene con dos voluntarias más las actividades cotidianas.
En la actualidad, el comedor está entregando solamente unas pocas viandas al día, insuficientes para satisfacer la demanda en aumento entre la gente.
Seguramente por los altos precios que hay en los comercios, ya prácticamente no se reciben donaciones de alimentos y lo que se suele conseguir es solo ropa usada para el ropero comunitario.
La dirigente indicó que “lo que más se lamenta es la falta de leche para los niños”. Ocurre que el producto lo proveía el Municipio, que cortó hace un par de meses el suministro de alimentos secos y frescos a los comedores y merenderos de la ciudad. “Con leche, al menos, podés tener algo y, además a los chicos les gusta”, destacó.
Por si esto fuera poco, en cuanto a lo dramático de las carencias, se debe agregar ahora el alto precio que ha alcanzado la garrafa de gas, que se está vendiendo a 11.500 pesos. Con ese monto, cocinar poco o mucho para los pobres se volverá cada vez más una proeza.
Piden comida
En ocasiones, los necesitados se acercan a pedir comida y no hay qué darles. O hay algo, pero mínimo. Como una vez que solamente había algo de pan de miga para sándwiches, pero ni queso ni nada que ponerle. La mamá en apuros que pedía ayuda se lo llevó igual, al menos era algo para paliar el hambre, lamentó.
Genen indicó que, en el botiquín comunitario con el que también cuentan, se hace lo posible para brindar los medicamentos que haya para quienes los solicitan. Remedios básicos para la presión o la diabetes están entre los más requeridos, en particular, para adultos mayores sin un peso.
A todo este cuadro de dificultades, en las tomas crece la cantidad de perros abandonados, en muy malas condiciones, cargados de parásitos y un raquitismo que provoca dolor y pena.
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