Cerraron la Casona del Santa Clara y estallaron los vecinos

Vecinos del barrio Santa Clara reclaman la reapertura del centro comunitario que hasta diciembre pasado funcionaba en la esquina de Condarco y Sargento Cabral. Allí, desde hace 8 años que se brinda contención a 40 chicos y más de 70 jóvenes y adolescentes, además de organizarse diferentes propuestas recreativas para todos los habitantes de la zona.

Sin embargo, desde el mes de diciembre el lugar, popularmente conocido como la Casona, permanece cerrado y en un completo estado de abandono, con yuyales de gran altura.

Ante esta situación, y dada la incertidumbre que los embarga, acudieron al Municipio para saber qué es lo que está pasando y cuál será el futuro del lugar que el Estado local cedió en comodato a los vecinos.

Según contaron, no recibieron ninguna respuesta a sus planteos y aún continúan esperando.

Uno de los referentes del barrio, Gustavo Roche, dijo que "de manera inexplicable, cerraron las puertas del centro comunitario, que tanta falta nos hace a todos los que vivimos acá". Además, señaló que allí acuden no sólo personas del Santa Clara, "sino también de barrios vecinos como el Villa Alicia y el San Pablo, entre otros".

Por su parte, Karina Maldonado, responsable de las actividades que hasta hace unos meses se realizaban en el centro comunitario, contó que en el lugar "se les brinda contención a los más chicos y se los integra con otros barrios. Son muchas las actividades que se realizan: se les da clases de apoyo escolar, desayuno, merienda, se organizan actividades deportivas, se los lleva a la cancha, de todo".

Este proyecto no nació de los despachos oficiales del municipio, ni de Provincia y mucho menos de Nación.

Fueron los propios vecinos quienes lo impulsaron, y por eso pretenden defenderlo a capa y espada.

No sólo para chicos funciona la Casona, sino que también hay diferentes actividades para adultos mayores, como los populares torneos de bocha.

El Santa Clara es uno de los barrios pioneros de Cipolletti. Allí, en medio de viñedos, transcurría la vida cotidiana de muchos de los primeros pobladores de la ciudad.

En el lugar había una bodega que justamente se llamaba Santa Clara y que fue la que después le dio el nombre al barrio. El edificio de este emprendimiento vitivinícola estuvo mucho tiempo abandonado hasta que, en la gestión de Julio Arriaga, se recuperó y se lo entregaron a los vecinos. Esas históricas instalaciones son las que están cerradas al público desde el 10 de diciembre, día posterior al inicio del nuevo gobierno local.