Científico rionegrino creó una técnica para identificar caballitos de mar
Diego Luzzatto describió a estos pequeños peces de la bahía San Antonio en 2004. Ahora con Víctor Cussac idearon la individualización de ejemplares mediante fotografías macro. Unas manchas en la cabeza hace únicos a los hipocampos.
Un equipo de Biólogos Marinos compuesto por Víctor Cussac y Diego Luzzatto, radicado hace años en Las Grutas, creó una inédita técnica para identificar individualmente a los caballitos de mar y medir el desarrollo corporal en su hábitat natural.
El procedimiento se basa en tomas fotos macro, con la que se logran imágenes de aproximación que revelan los detalles del objeto, y fundamentalmente provocan un mínimo perjuicio invasivo.
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La novedad fue anunciada en Scientific Reports, la prestigiosa publicación destinada a la divulgación científica mundial, y tuvo una gran repercusión dado que se considera un gran avance para la ciencia, porque contribuirá a profundizar el conocimiento de la especie, que se encuentra amenazada y en estado de vulnerabilidad a nivel mundial.
La investigación se llevó a cabo en Punta Verde, el balneario ubicado en el interior de la Bahía San Antonio, en la localidad rionegrina de San Antonio Oeste, donde existe una población estable de “hippocampus patagonicus”, a cuyo estudio se dedica Luzzatto desde hace varios años.
Esa labor les permitió obtener imágenes de los ejemplares buceando con snorkel, dada la poca profundidad en la que se sumergieron para encontrarlos.
El trabajo de campo lo desarrollaron entre enero de 2018 y diciembre de 2022, lapso en que lograron capturar y fotografiar un total de 976 ejemplares, de los que 89 fueron registrados más de una vez gracias al reconocimiento ideado por los expertos.
“Lo que tiene novedoso esta técnica es que con una o dos fotos se pueden medir a los caballitos de mar con mucha precisión. Hay muchas variables ecológicas a las que antes no se podían obtener, todo sin hacerles daños a los ejemplares con un mínimo tiempo de manipulación”, explicó Luzzatto, quien en 2004 describió a los animales, que pertenecen al grupo de los peces, estudio que tuvo trascendencia en el mundo por su valor científico. Lo mismo que en 2019, cuando describió junto a María Lourdes Estalles, del Instituto de Formación Docente y Continua de San Antonio, al “pez aguja patagónico”, una nueva especie perteneciente a la familia de los hipocampos que también habita la bahía San Antonio.
En este nuevo proyecto trabajó con su colega Cussac, bajo la órbita del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC), que depende de la Universidad Nacional del Comahue y el CONICET, con sede en Bariloche.
Retratos que muestran mucho de ellos
El nuevo sistema creado por Luzzatto y Cussac consiste en sumergirse, atrapar los ejemplares y depositarlos sobre una carpeta que tiene impreso una regla, donde se les toma la foto, para luego liberar al animal inmediatamente.
“No demora ni un minuto la intervención, sostuvo el Biólogo, por lo que el perjuicio invasivo por la manipulación dura un instante.
En esas tomas se incluye la cabeza para capturar “los puntos blancos”, un patrón único de cada animal que los identifican con la misma exactitud que las huellas dactilares de los humanos.
Luego esas imágenes servirán para medir la evolución corporal del individuo, sexo y estadio reproductivo y otros aspectos de su comportamiento.
La característica de los “puntos blancos” ya era conocida. Son “manchas pigmentarias” naturales que marcan la particularidad de cada individuo.
Otro avance que permite la flamante técnica es que evitará utilizar “elastómeros de implante visible (VIE) que consiste en inyectar colorantes a los caballitos de mar para distinguirlos, algunos de los cuales son fluorescentes y duraderos. Pero no todos perduran, además se corre el riesgo de dañarlos en el proceso de introducción del componente, para lo que se utiliza una jeringa.
Luzzatto continúa la investigación en otros puntos de la Bahía San Antonio con la colaboración del buzo marisquero Gerardo Tata Aguayo, un especialista en la fotografía submarina, cuyos trabajos también ha causado un notable impacto y hasta ha mostrado sus imágenes en exposiciones.
Especie amenazada
Los caballitos de la bahía sanantoniense están amenazados por la intervención humana. Estudios efectuados por Luzzato revelan que la actividad industrial incipiente, el turismo en expansión y la pesquería artesanal se inscriben ente los factores.
Pero también se suman al peligro la pesca de costa con redes en las que caen accidentalmente y no tienen otro destino que la muerte. En algunos casos los disecan para venderlos como souvenirs.
Aunque también se han detectado pescadores furtivos que los mantienen vivos y los trasladan para venderlos en acuarios. Sucedió un caso hace unos años, cuando se descubrió que un grupo de personas foráneas -con vinculación local- habían llegado con equipamiento sofisticado para atrapar caballitos marinos y llevarlos supuestamente a Buenos Aires.
La intromisión humana en la población de hippocampus rionegrinos quedó patente en tiempos de la pandemia de Covid 19, cuando Luzzatto registró un notable incremento de individuos, cercano al 400%.
El cangrejo invasor que asusta
Pero ahora hay otro riesgo que aparece en el horizonte y es el cangrejo verde europeo, una especie exótica, con fama de hostil y comprobados antecedentes de carácter invasor y con poder de alterar los ecosistemas naturales, que se detectó en las costas rionegrinas hace unos pocos años.
“Está haciendo desastres”, advierte Luzzatto. Explicó que últimamente en Punta Verde, donde realizó la mayor parte de la investigación, no encontró “ningún caballito”.
Sostuvo en este aspecto que “desde que apareció (el cangrejo) empezaron a desaparecer”. Sospechan que forman parte de su alimentación.
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