Los Sauces también tendrá una audiencia de desalojo

Las casi 70 familias que habitan el asentamiento Los Sauces, ubicado al sur de la Ruta 22, aguardan con gran expectativa y preocupación la audiencia judicial que se concretará el 20 de octubre para el desalojo del lugar. Anhelan que, mucho antes de esa fecha, los atienda el intendente Aníbal Tortoriello, quien el año pasado, en campaña electoral, se comprometió a buscarles una solución.

La instancia legal se llevará adelante por decisión del juez Alejandro Cabral y Vedia, quien está a cargo de la causa para la recuperación de las tierras ocupadas impulsada por el propietario, Ramón Morel.

Han sido llamados a participar, además de los pobladores y el denunciante, representantes de los Estados municipal, nacional y provincial. La cita es para la fecha mencionada, a partir de las 10:30, en el Centro Cultural de la comuna.

El mismo magistrado tiene programada para el 27 de octubre, es decir, una semana después, una reunión similar pero para el desalojo del Barrio Obrero A, donde viven 462 familias.

En los dos casos, se procura que las conversaciones permitan encontrar un entendimiento para el desalojo sin incidentes de los predios, aunque también podría darse que se arribe a un acuerdo para la adquisición de las tierras por los ocupantes.

Una de las referentes de Los Sauces, Jaquelina Cárdenas, manifestó que los pobladores se han enterado en forma extraoficial de la instancia, ya que todavía no han sido notificados y tampoco han aparecido los edictos públicos de la Justicia.

Sin embargo, expresó que en el barrio hay consenso de los vecinos en cuanto a participar de la convocatoria, en la que ratificarán su decisión de quedarse en las tierras donde viven, por las que están dispuestos a pagar una cifra realista y ajustada a lo que era el predio antes de su ocupación: un sector baldío.

Recordó que una tasación del gobierno nacional en la pasada gestión dio un valor de 700.000 pesos, una cifra que dista de los casi 3.000.000 que pretendía el propietario y que se considera exorbitante.

Manifestó que en el barrio se sigue esperando que Tortoriello los reciba para avanzar en una solución política a la situación.

Complicaciones

El difícil objetivo de regularizar

La situación de las tomas se ha convertido en un dolor de cabeza para la administración de Aníbal Tortoriello. Su propósito de regularizar los asentamientos está enfrentando serios escollos, relacionados sobre todo con la diferencia que existe entre los objetivos políticos y la complejidad y lentitud de las causas judiciales. Durante la campaña electoral del año pasado, el hoy jefe comunal tomó muchos compromisos que ahora, en la prosaica realidad de los intereses contrapuestos y las dificultades de gestión, pueden resultarle gravosos. Así, cada vez hay más tensión en la relación de su gobierno con los habitantes del Barrio Obrero A, quienes ya han protestado varias veces en el Municipio. Así las cosas, la titular del Deliberante, Marisa Lazzaretti, ya ni se atreve a hablar con los pobladores. En cuanto a las negociaciones por el Barrio Obrero B, están estancadas. Y en la toma Los Sauces quieren que Tortoriello los reciba y para ello han hecho varias gestiones sin respuesta.