Soyem: lo válido es un estatuto, no un convenio colectivo de trabajo

La conducción del gremio Soyem está elaborando un proyecto de estatuto propio para los trabajadores del Municipio local. En la organización, sostienen que ésta es la única forma administrativa y legal que les correspondería a los empleados de cualquier comuna de Río Negro, y por ello, no están de acuerdo con discutir un convenio colectivo de trabajo.

La postura de Soyem contraria a la discusión de un convenio colectivo de trabajo no es nueva y se remonta al momento mismo en que la ex gestión de Claudio Di Tella anunció que se iba a abrir el diálogo con los gremios municipales para preparar una iniciativa de ese tipo consensuada.

El ex jefe comunal lo había establecido, incluso como una de sus metas en campaña electoral y en los primeros meses de su mandato se dio inicio a los primeros amagues de negociación, pero, sin embargo, el surgimiento de la pandemia y sus limitaciones postergaron su discusión.

Hacia 2023, se retomó la iniciativa, alcanzándose a efectuar algunas pocas reuniones, sin mayores avances, entre las partes intervinientes. Todo quedó pendiente, así, para la actual administración.

Derechos, obligaciones y diálogo en el Municipio

En efecto, el intendente Rodrigo Buteler también se ha mostrado proclive a la elaboración de un convenio colectivo de trabajo para especificar los derechos y obligaciones a asumir en las relaciones laborales que mantienen Municipio y sus empleados.

Tan es así que, a instancias del propio gobierno municipal, el asunto se introdujo, en la última acta acuerdo por salarios, como uno de los puntos a abordar en próximas negociaciones. En concreto, se pautó septiembre como el mes de arranque de las conversaciones entre el Ejecutivo y los sindicatos.

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El dirigente Marcelino Jara, titular de Soyem, expresó que su organización considera que es un estatuto y no un convenio colectivo de trabajo el que debe regir los aspectos laborales del Municipio.

Entre los gremios municipales, tanto ATE como Sitramuci se han expresado su plena disposición a participar de la elaboración de la normativa. En ambos casos, se han mostrado interesados en ordenar, actualizar y definir con precisión cada aspecto de las relaciones laborales existentes en la comuna. Entre otras cosas, los empleados se beneficiarían con una carrera administrativa bien regulada y aparte de los arbitrios de cualquier gobernante de turno.

Sin embargo, en Soyem plantean que es otro el camino a seguir. Según el titular de la organización, Marcelino Jara, no corresponde, ni legal ni administrativamente, el formato de convenio colectivo de trabajo para un Municipio como el de Cipolletti, que está regulado en materia laboral por la ley provincial 811.

En tal norma, se establece el estatuto y escalafón que debe regir para los empleados municipales y, hasta la fecha, sigue en vigencia, por lo que resultaría necesario seguir sus pautas para definir todo lo concerniente a los derechos y deberes de los trabajadores de a comuna. "La ley no ha sido derogada", enfatizó el dirigente.

Soyem prepara su proyecto

Así las cosas, anticipó que Soyem está preparando incluso para antes de septiembre, si fuera posible, la presentación de un proyecto de estatuto de los trabajadores del Municipio, que incluirá todo lo que resulta específico de esta actividad laboral, adaptado a la concreta realidad cipoleña.

El gremialista fue categórico en cuanto a que un convenio colectivo de trabajo "no sirve" para la comuna, por el tipo de ocupación diferente y muy característica al que realizan otros tipos de empleados públicos que sí se pueden regir por aquélla forma o encuadramiento laboral.

Por otro lado, Jara indicó que hay varios puntos a tratar en la Mesa de Trabajo de negociación de los gremios municipales con el Ejecutivo en temas no salariales. Indicó que algunos de ellos requieren una pronta respuesta y hacia tal objetivo dirigirán sus pasos en términos sindicales. Además, indicó que Soyem no cederá en su empeñó por recuperar para los salarios el porcentaje de alrededor de 4 por ciento que quedó pendiente del primer semestre, como resultado del desfasaje entre la inflación y los aumentos salariales conseguidos.