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Una marea solidaria para Ayelén

La solidaridad de los cipoleños otra vez se lleva todos los aplausos. Si no fuera por ellos, Ayelén Cervin continuaría sumida en la desesperación. Ella encontró la forma de llegar a sus corazones cuando ofreció por internet vender un riñón para pagar una deuda de 300 mil pesos que la desvelaba; y su reclamo se viralizó. Pero no fue necesario llegar a tanto. En menos de 24 horas, el poder de la difusión y la generosidad de mucha gente cambiaron radicalmente el escenario.

Muchos se contactaron con ella y le ofrecieron algo de dinero para que pudiera saldar la deuda. Con lo que le donaron, pudo pagar la primera cuota, de 25 mil pesos. “Muchísimas gracias a todos los que se solidarizaron conmigo. Si no fuera por ellos, no lo habría logrado”, sostuvo en diálogo con LM Cipolletti.

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Además, tuvo una entrevista laboral en Cipolletti, que la ilusiona mucho, y a su marido también lo llamaron para trabajar como chofer de un colectivo. “Todavía me quedan diez cuotas para pagarle a la inmobiliaria”, dijo, pero si finalmente comienza a trabajar, tendrá el modo de saldar la diferencia. “Hubo mucha solidaridad y lo agradecemos”, reiteró.

“La desesperación te lleva a cualquier cosa, y yo no quise perjudicar a nadie. Por eso ofrecí mi riñón. Tampoco queríamos salir a pedir plata. Necesitábamos un trabajo, y gracias a la gente, hoy estamos más tranquilos”, explicó.

Puesto de churros

La mujer contrajo la deuda con la inmobiliaria, más otras facturas de gas y luz impagas, luego de que se fundiera la panadería que había alquilado en Cipolletti, junto a su marido. Abrieron en marzo, pero ya en agosto tuvieron que bajar la persiana porque no les cerraban las cuentas. Mientras espera una definición sobre las propuestas laborales, dijo que continuará vendiendo churros con dulce de leche al costado de la Ruta 65, frente a Stihmpra (Sindicato del Hielo), en uno de los accesos a Fernández Oro.

$300 mil La deuda que desvelaba a una familia cipoleña

Tras el fracaso de un emprendimiento comercial, Ayelén Cervin y su marido quedaron tapados de deudas. No pudieron encontrar trabajo y estaban desesperados.

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