Una aventura por las cavernas de la Cueva del León
A pocos kilómetros de Cipolletti, en la Margen Sur del río Negro, esta caminata permite interactuar con las formaciones rocosas, avistar aves y disfrutar de una vista panorámica.
Para los que buscan un plan diferente, la margen sur del río Negro, a pocos kilómetros de la Isla Jordán, se planta como un amplio abanico de posibilidades. Además de las actividades náuticas que propone el río Negro, las opciones gastronómicas o las instalaciones deportivas, la formación rocosa conocida como la Cueva del León invita a los visitantes a sumergirse en una aventura por las cavernas, ideal para disfrutar en familia.
En su segunda edición, el ciclo audiovisual Turismo de Cercanía se propone unir una experiencia con un paisaje, a través de un relato fotográfico que ofrece interactuar de una manera especial con la naturaleza. Con un turismo activo y pleno, la vista a la Cueva del León, en la margen Sur de Fernández Oro, permite conectar a pleno con la naturaleza y estrenar una impronta aventurera apta para grandes y chicos.
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Para llegar, hay que pasar por la Isla Jordán. Después de desandar los caminos internos del balneario y atravesar el puente que cruza el río Negro, se llega a la margen sur del río, donde se puede encontrar esa particular formación rocosa.
Para encontrar el lugar correcto, hay que divisar primero unas murallas de piedra de tonalidades ocre, que se asemejan a los paisajes sanjuaninos. Sin embargo, la popularidad del lugar lo convierte en un sitio identificable los fines de semana, cuando se ven numerosos autos estacionados y personas que caminan hacia la zona de la Cueva.
La primera opción es internarse dentro de la formación. Con un poco de esfuerzo físico y mucha precaución, los visitantes pueden meterse en los huecos cavernosos para disfrutar del silencio y la oscuridad. Al atravesarlo, se llega a un claro entre las abruptas laderas que enmarcan el cielo azul.
El lugar es ideal para trepar y entrenar un poco más las piernas. También es un sitio atractivo para los amantes de la fotografía, que pueden jugar con los claroscuros que propone la cueva y llevarse una postal que pruebe que conocieron ese sector escondido del Alto Valle.
Para completar la caminata, es posible recorrer la zona para disfrutar de la flora y la fauna nativa. En el sendero hacia la buitrera se detecta la vegetación de la zona, y hasta es posible divisar a algunos de sus sigilosos habitantes, como cuises o maras.
Los que se acerquen a los acantilados, podrán encontrar aves carroñeras que sobrevuelan el área muy cerca de los visitantes, y disfrutar de una vista privilegiada con los contrastes del río Negro, la aridez de la meseta y la vegetación verde vibrante que crece bajo riego.
Se aconseja llevar calzado cómodo e hidratación para los días de verano, y hasta algún alimento para compartir en un momento de descanso. Aunque en el sector no hay sombra, la caminata a la Cueva del León se puede combinar con una tarde de río en las instalaciones de ese balneario rionegrino.
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