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Renunció el titular de Zoonosis por falta de respuestas

Juan Pedro Díaz se fue del área y explicó que sus proyectos "no tenían eco" en el Ejecutivo municipal.

El director de Zoonosis del Municipio, Juan Pedro Díaz, presentó su renuncia al cargo y ahora se deberá aguardar el nombramiento de su reemplazante. Una de las actividades que pertenecen a su área, la de castración de perros y gatos, está suspendida hace semanas por las restricciones de la cuarentena.

La dimisión se concretó el viernes pero el ya ex funcionario seguirá adelante con sus tareas mientras el Ejecutivo resuelve el problema de la sucesión. Además, Díaz, cuya profesión es la de veterinario, tiene una relación contractual con la administración local y la seguirá cumpliendo.

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La cartera de Zoonosis se ha convertido en "una picadora de carne" desde hace ya muchos años. Las exigencias que plantean, por un lado, la guardería canina de la Isla Jordán, con sus eternas carencias, y por el otro, la necesidad de aumentar y hacer más exhaustivas las campaña de castraciones, llevan a un desgaste prematuro de los responsables del área.

Además, las exigencias públicas que plantean las proteccionistas los tienen siempre en el foco de atención de la comunidad. En particular, en los últimos años han surgido polémicas sobre los presupuestos asignados y su ejecución.

Ayer, Díaz explicó su salida en el hecho de haber observado que sus planes de trabajo, explícitos y conocidos en su cartera y entre sus superiores, no tenían eco en la práctica, con lo que sus propuestas y acciones quedaban en letra muerta y buenos deseos. Una forma de desautorización más o menos difusa pero muy desgastante y habitual en el sector público.

En su provisorio rol de apuntalador del cargo mientras llega un sucesor, el veterinario ratificó que no está prevista aún la reanudación de las esterilizaciones de mascotas, suspendidas en la ciudad en el arranque de la cuarentena. Indicó que el Municipio no puede incumplir el decreto nacional que prohíbe las concentraciones de personas, como las que ocurren cuando se llevan adelante las castraciones.

La justificación es real y tajante pero las consecuencias no por eso dejarán de ser desastrosas para el control de la población canina.

Muchos años de esfuerzo en la concreción de la campaña pública de castraciones de animales pueden verse seriamente afectados y las proteccionistas ya han alertado, y lo siguen haciendo ahora, sobre el crecimiento exponencial del número de perros, y en menor medida de gatos, que puede experimentar la ciudad.

Cambios constantes en la dirección

El área de Zoonosis se ha vuelto particularmente sensible en el organigrama de las autoridades municipales. En pocos años, han pasado al menos cuatro veterinarios por la cartera, quienes han tenido que abandonar antes de tiempo sus funciones, en algún caso desplazado, en otros a consecuencia de su decisión personal de dimitir.

Con intermitencias, durante varios años el cargo lo detentó el profesional Eduardo Fernández. Lo siguieron en años recientes Valeria Arreguy, Gini Zalazar y el recién renunciante Juan Pedro Díaz, quien asumió en 2019.

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