La Cantera, la escuela que enseña mucho más que fútbol

Hace poco más de 20 años, un grupo de madres y padres de Ferri soñaron con crear un espacio para brindarles contención a los chicos y chicas del barrio e inculcarles los valores del deporte para mantenerlos lejos del riesgo de descarríos.

Fueron varios los que se pusieron al hombro la idea cuando se encendió allá por 2003

Pero fue Pocholo Mena, un vecino recordado por su solidaridad que falleció por problemas de salud, quien puso un gran énfasis para concretarla.

Y lo lograron, y así nació La Cantera o La Canterita, como le llaman afectuosamente.

Al principio fue todo sacrificio.

Eligieron un predio descampado de las afueras del poblado, al que a hacha, pala, pico y rastrillo los colaboradores la acondicionaron para transformarlo en una cancha de fútbol. Con el escaso equipamiento que tenían arrancaron los entrenamientos con un grupo reducido de chicos entusiasmados con integrar un nuevo equipo de fútbol en el que el trato fraterno se llevaba de la cancha a la merienda que luego compartían.

Porque había algo más. No era solo ensayar jugadas y tácticas con la pelota. También se transmitían valores como solidaridad, respeto por el prójimo y compromiso con la escuela, entre otras enseñanzas, un legado que se mantiene vigente en el ADN “canterano”.

Con rifas y la venta de pollos y empanadas juntaron dinero para comenzaron a adquirir pelotas, conos y otros elementos necesarios para las prácticas.

Pero cuando ya el grupo se había afianzado, el terreno de la canchita fue destinado a la construcción de un plan de viviendas, por lo que no tuvieron otra opción que mudarse. Así llegaron al playón de la plaza del barrio San Lorenzo, en la esquina de Buenos Aires y Concepción del Uruguay.

El cambio de escenario no los afectó. Al contrario, se fueron sumando más y más miembros. De 60 alumnos pasaron a 300. La matrícula “explotó”, destaca Javier Zapata, uno de sus máximos referentes.

Paralelamente agregaron otras disciplinas, como educación física infantil (EFI) y gimnasia para adultos, todo dictado por docentes y especialistas que se incorporaron. A la vez que organizaban campamentos y viajaban a otras localidades para mantener encuentros deportivos y recreativos.

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El crecimiento continuó sin pausa y el playón les quedó chico, por lo que hace cinco años debieron alquilar dos días a la semana el predio de Cancha Rayada, ubicado en la circunvalación Illia en dirección al tercer puente.

Como se requería de un mayor presupuesto, a los sorteos y otras actividades que realizaban para reunir fondos le sumaron una campaña de socios protectores que arrancó con 5 miembros, hoy son alrededor de 200 que participan activamente.

Con posterioridad les cedieron la cancha de césped sintético vecina al polideportivo municipal, que estuvo en La Visera, donde también entrenan todos los jueves.

Hace tres años firmaron un convenio con la Secretaria de Desarrollo Humano municipal y APASA (Asistencia del Abuso de Sustancias y las Adicciones) y crearon dos programas destinados a jóvenes y adultos (integrados e integradas) que realizan actividades lúdicas y deportivas.

En la actualidad tienen una matrícula de 294 alumnos y alumnas que van desde los 3 a los 20 años.

Administrativamente se conformaron en la Asociación Civil Canteranos de San Lorenzo, por lo que el proyecto toma forma de un club que merece su terreno propio. Como presidente fue designado Javier Zapata; en el cargo de coordinadora de fútbol femenino y programa integrado está la licenciada Soledad Guerrero; en fútbol masculino el también licenciado Tomás Soto y en EFI el profesor Luis Barberini. El plantel profesional lo completan dos kinesiólogos con salarios solventados por la institución. Además, hay un equipo de unos 20 aguerridos colaboradores.

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Pocholo, el vecino solidario

Pocholo Mena fue uno de los principales inspiradores de La Canterita. Todos lo recuerdan por su solidaridad y cariño por los niños.

Zapata se deshace en elogios cuando lo recuerda. “El gordo era un tipo tipazo, excelente, como hay pocos”, resalta. Su vocación por ayudar a los demás lo hacía diferente. Mil anécdotas recuerdan de él. Como cuando llevaba a un paciente en crisis al hospital o ponía el hombro para ayudar en un fin determinado. Dedicaba su tiempo a los demás.

También se ponía los cortos. Jugó en varias ediciones del Torneo Don Pedro, en categorías de veterano.

Su fallecimiento conmovió la estructura de los Canteritos. Fue por un problema cardíaco. Pero siguieron adelante, como a él seguramente le hubiera gustado.

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Un documental lo recuerda

La historia del nacimiento de La Cantera y del rol que cumplió Pocholo en ese proceso trascendió más allá de las fronteras de la región y fue incluida por la reconocida marca de indumentaria deportiva Topper en su campaña institucional denominada “Volvamos a los clubes”, destinada a ayudar a los clubes de barrio.

La firma llegó a la ciudad con un equipo de producción y filmó un spot que resalta la figura de Pocholo y la creación de la entidad.

Pero además les donó equipamiento para entrenar, como colchonetas, redes, pecheras, pelotas y otros elementos deportivos para diferentes disciplinas. Gracias a este aporte, incorporaron básquet como alternativa para practicar.

¿Cómo llego Topper aquí? Casi por casualidad. Zapata contó que un referente de la compañía que trabajaba en el proyecto iba de viaje hacia la Línea Sur rionegrina y paró a saludar a un amigo que vive en Cipolletti. Durante una cena conversaron sobre la iniciativa para colaborar con los clubes y ahí salió el nombre de La Canterita. Poco después se pusieron en contacto con ellos y acordaron concederles el reconocimiento.

Zapata destacó que para la fecha pactada desembarcaron con un equipo de filmación que los dejó asombrado por el nivel técnico y de profesionalización de sus integrantes, con quienes trabajaron durante varias horas hasta que el video estuvo listo. Ya se puede ver por youtube.