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El milagro de la vida en plena ruta 22: Tenía un embarazo de riesgo y fue mamá en la ambulancia

La labor del equipo de salud y del chofer para que una beba nazca en perfecto estado y reciba el amor inmediato de su mamá y su abu. Emoción en la madrugada.

¡Celebra la vida! En plena madrugada patagónica, una emocionante historia, un milagro se produjo en la ruta 22. Una hermosa beba nació a las 2:34 de la madrugada entre Chichinales y Villa Regina, dentro de una ambulancia que había partido desde Choele Choel rumbo al Hospital Juan XXIII de General Roca, donde la esperaban para una cesárea programada.

Pero no alcanzaron a llegar. La urgencia del parto y las condiciones de la madre obligaron al equipo de salud a actuar en el momento más inesperado.

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La enfermera Verónica Villagrán del Hospital de Choele Choel fue una de las protagonistas de una situación inolvidable y expresó al medio de esa zona 7 en Punto:

“Fue un llamado desde derivaciones a las 00:15. Salimos cerca de las 00:45 con la mamá cursando su segundo embarazo de 35 semanas. Por indicación de su neurólogo, al ser monorrena —con un solo riñón— no se recomendaba un parto natural y menos siendo un embarazo prematuro”, relató.

La mamá viajaba acompañada de su madre y ya en camino, con contracciones intensas y muy seguidas, la situación se volvió crítica. A pesar del mal estado de la ruta, que dificultaba cada kilómetro, el equipo mantuvo la calma.

La enfermera: "En Chichinales nos decía que no aguantaba más"

“Cuando llegamos a Chichinales, ella nos decía que ya no aguantaba más. El médico Pablo decidió que había que asistir el parto en ese mismo momento”, explicó Villagrán.

Y allí, en medio del frío, sin los recursos de un quirófano pero con toda la preparación y entrega humana posible nació la beba. Pesó 2.190 gramos y llegó al mundo en excelentes condiciones, abrigada rápidamente por su abuela y colocada piel con piel junto a su madre.

“Fue una alegría, felicidad y emoción inmensa. A pesar de todo, salió todo bien gracias al trabajo en equipo: el chofer, el médico, la abuela, la mamá, y también al apoyo de mi grupo de Maternidad”, agregó emocionada la enfermera, quien recientemente se incorporó al área luego de desempeñarse en cuidados intensivos de adultos.

"Un parto lleno de amor"

Sobre lo que sintió en el traslado y en el momento del nacimiento agregó: "Se trabajó con gran calma y responsabilidad tanto para la mamá como para el bebé prematuro, para poder cuidarlos y darle la mejor atención pese a tener lo justo y necesario para recibir una bebé en ruta que nunca es el mejor escenario".

Luego de ese momento de entrega reflexionó acerca del gran equipo que la acompaña diariamente y agradeció todo lo que le enseñan en el día a día: “Gracias a mis compañeras por enseñarme, acompañarme y prepararme para esto. No fue un parto en las mejores condiciones, pero sí fue uno lleno de humanidad, respeto, responsabilidad y amor”, cerró Verónica.

Por último, se tomó un minuto para agradecer a todo el equipo de maternidad que la recibieron muy bien: "Gracias Priscila, Natalia, Gladys, Maite, Ivanna, a todo el sector de maternidad por esta oportunidad de ser parte de su gran equipo".

Una historia que conmueve, que muestra el rostro más noble del sistema de salud, y que celebra la vida aún en los escenarios más adversos.

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