Por prevención, el delegado oficial no irá a Las Perlas

En Las Perlas, el delegado municipal Carlos Aimasso se ha visto en la obligación, por una cuestión de edad, de quedarse en su casa mientras dure la emergencia por el coronavirus, por lo que desde ayer coordina trámites y acciones oficiales del paraje desde su hogar.

El funcionario ya pasó los 70 años y, como varios integrantes del personal comunal, no podrá estar presente en su lugar de trabajo. Pero, merced a las nuevas tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, puede concretar su labor sin inconvenientes, despachando expedientes y monitoreando la labor a su cargo a la distancia.

Ayer, Aimasso aseguró que las tareas de la delegación se cumplieron en forma normal, con el resto del personal desempeñándose como de costumbre. Expresó que otras reparticiones, como el Juzgado de Paz, también funcionaron de manera habitual.

Hasta informó sobre la concreción, el martes, de los estudios topográficos imprescindibles para la obra de mejora del servicio de agua para Costa Esperanza y el inicio ayer del zanjeo para la instalación de la cañería que se extenderá desde la bocatoma en el río Limay hasta el tanque de almacenamiento en la parte más elevada del sector.

Por supuesto, en la dirigencia barrial no cayó bien el confinamiento de Aimasso en Cipolletti y menos por las crónicas carencias sanitarias que padece la comunidad perlense. Así, el referente Jaime Flores sostuvo que con el funcionario “en cuarentena” el gobierno de Cipolletti “debe dejar la soberbia y permitirse la oportunidad de trabajar junto al vecinalismo en la toma de medidas urgentes que aminoren el daño que el virus va a traer a nuestro pueblo”. Y agregó, con ironía dirigida a las autoridades: “Salvo que nos creamos inmunes”.

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