Miedo, ansiedad y estrés, lo que está pasando en el encierro
Habilitaron un servicio gratuito de atención psicológica a través del 109 para todos los cipoleños que sufren el aislamiento y necesitan ser escuchados.
Por Guadalupe [email protected]
Miedo, ansiedad y estrés, eso también está pasando entre las cuatro paredes de muchos hogares cipoleños. En el contexto de encierro y aislamiento social que plantea la pandemia de coronavirus, hay vecinos que llaman al 109 y en realidad manifiestan una necesidad imperiosa de ser escuchados. El personal que trabaja sin descanso en la central de emergencias detectó esa demanda; y el Municipio y la Facultad de Ciencias de la Educación conformaron un equipo de trabajo para brindar un servicio de atención psicológica gratuita.
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"Las personas planteaban una necesidad al 109, pero el trasfondo de esa necesidad tenía que ver con el estrés, la ansiedad y el miedo a lo desconocido, que vivencian en situación de encierro", advirtió Mariela Maggi, la directora municipal de Economía Social, quien a la vez coordina el dispositivo de Salud Mental de emergencias junto a Claudio Martínez, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Educación.
El servicio comenzó el primero de mayo y ya canalizaron distintos llamados. La idea es que los vecinos tengan la posibilidad de recibir contención y asistencia psicológica ante situaciones que se viven en el contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio.
"Todos estamos todavía procesando lo que nos toca vivir, y es importante permitirse pedir ayuda. No está mal hacerlo, es la posibilidad de buscar un bienestar que a veces solos no lo podemos encontrar. Para eso está el servicio que se presta a través del 109. Probablemente no cambiemos que el Covid-19 existe, el tema es cómo convivir con esa realidad con una cuota de realismo y ser esperanzados", manifestó Maggi.
A priori, se creía que estos llamados podían referenciar al segmento de los adultos mayores. Sin embargo, el servicio parece derribar este prejuicio a pocos días de andar, ya que personas de distintas edades plantearon esta necesidad a través del 109.
Por otro lado, desde el programa Facilitadores de la dirección municipal de Capacitación y Empleo ya se brindaba ese servicio a los empleados municipales; y los trabajadores que están activos y recorren las calles también detectaban el estado emocional de los vecinos. Ellos mismos advertían todas estas sensaciones que se vinculan de forma directa a la situación de emergencia que se vive.
"Como primer factor, aparece el miedo. Pero también la ansiedad y el estrés ante lo desconocido. Y las reacciones son diversas: desde ataques de pánico y llanto, hasta reconocer la soledad en la que se vive, y que antes de la pandemia no se dimensionaba porque la persona salía y tenía contacto con otros. En este contexto, todas estos sentimientos se ven agravados en el encierro", sostuvo la psicóloga social consultada.
Muchas veces, el disparador podía ser algo tan simple como manifestar "no sé qué me pasa, no me siento bien", lo que en principio se podía suponer como indicio de enfermedad, y en la escucha atenta con el profesional del 109, aparecía el miedo y la falta de poder hablar con otra persona. Es decir, una demanda vinculada a la situación de encierro.
"Los llamados que ya atendimos en el 109 dejan en evidencia esta situación, la necesidad de ser escuchados, de tener un intercambio con el otro. La convivencia, en lo cotidiano, tiene sus formas;, y exacerbada por el encierro, puede hacer que las personas necesiten ser escuchadas por alguien que sea ajeno al círculo familiar, que no cuestiona ni juzga", advirtió la coordinadora del dispositivo.
En ese marco, se vislumbran algunos problemas familiares, aunque Maggi aclaró que hasta ahora ninguna situación llega a la violencia. En todo caso, dijo que se plantea un conflicto entre relaciones, padres e hijos, o adultos mayores que no se sienten respetados, ya que en la intención de cuidarlos, tal vez sus familiares les limitan hasta la posibilidad de tomar decisiones que estaban acostumbrados a hacer, en su autonomía como personas.
"También hay miedo, ansiedad y estrés ante lo desconocido del virus, la incertidumbre de no saber cuándo voy a poder salir", acotó la referente del servicio.
En diálogo con LMCipolletti, la psicóloga social destacó que lo importante es que los vecinos sepan que tienen una alternativa a sus miedos y ansiedades, comunicándose a la central del 109, donde se les puede brindar este servicio de atención psicológica. De ahí pueden ser derivados al profesional que cubre el turno, en ese momento. Según la situación que se presente, se pueden coordinar sesiones posteriores a esa primera escucha.
Cómo funciona el servicio
"Los primeros auxilios psicológicos se realizan con la primera llamada. Ahí contenemos y luego orientamos a la persona. Si esa situación amerita futuros encuentros, la persona tiene el servicio gratuito y voluntario con las sesiones que hagan falta. Hay un equipo de trabajo que toma el primer llamado; y otros profesionales hacen atención telefónica y seguimiento (por fuera de la central)", explicó.
Entre empleados municipales y voluntarios egresados de la carrera de Psicología, de la Facultad de Ciencias de la Educación, hay 16 trabajadores involucrados en el servicio.
"Es destacable la labor del equipo de 109 que recepta demandas de todo tipo, algunas pertinentes, otras no, pero le pone la mejor voluntad con mucho respeto y amor. En este contexto y ante ignorancia de muchos nosotros, brindan lo mejor", resaltó.
Desde el equipo de profesionales comprometidos con el servicio entienden que todos estos sentimientos y emociones son propios de la situación de emergencia que se vive a nivel mundial. "Tal vez la sobreinformación que hay del tema lleva un tiempo procesarla, para comprender y discernir entre lo que es información útil de lo que no tiene un impacto directo en nuestras vidas. En medio de eso, aparece la incertidumbre", cerró.
Cuándo termina el encierro
La cuarentena obligatoria puede terminar paulatinamente para varios segmentos de la población, pero hay grupos de personas con factores de riesgo que continuarán en el encierro de sus casas, sin saber con certeza cuánto más podrá extenderse esta situación. Por ahora, la única vacuna contra la enfermedad es el aislamiento, la prevención.
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