Marcharon y quemaron gomas contra el desalojo

Una gran cantidad de vecinos del Barrio Obrero A marchó ayer hacia la sede central del Municipio, donde expresaron su rechazo a la posibilidad de que la Justicia avance en el desalojo del asentamiento, que ya tiene siete años de existencia y es habitado por más de 3000 personas. Ante la demora de los ediles en atenderlos, un grupo quemó gomas en la esquina de Villegas e Yrigoyen, donde cortaron el tránsito. Una densa humareda se extendió por los alrededores.

La manifestación arrancó a las 18:30 desde la toma y transitó las calles Naciones Unidas, Esquiú, La Esmeralda, Sarmiento y Roca, por la cual llegaron a la plaza y al microcentro de la ciudad. A pocos metros de allí está la sede comunal de Yrigoyen casi España, en torno a la cual se montó ayer un amplio operativo policial.

Metiendo ruido con bombos y redoblantes, y con carteles y banderas identificatorios del barrio, los pobladores se hicieron sentir en una nueva protesta del sector, que ha protagonizado numerosas marchas y acciones públicas para dar a conocer sus reclamos. La presencia de la murga Salpicando Sueños contribuyó a dar colorido a una jornada tensa y complicada.

Apenas llegaron al edificio comunal, los participantes pidieron que baje a hablar con ellos la titular del Deliberante, Marisa Lazzaretti, pero en su lugar lo hizo otra integrante del cuerpo legislativo que pidió que suba una delegación de los presentes. El requerimiento fue rechazado y se ratificó la exigencia a Lazzaretti para que dé la cara ante la multitud.

Al final, los manifestantes hablaron con Lazzaretti y le reclamaron que los concejales se pronuncien contra la audiencia convocada por la Justicia para el 27 de octubre, en el Centro Cultural de la comuna, donde se evaluarán las condiciones para una desalojo colectivo si no hay acuerdo entre las partes enfrentadas.

Además, exigieron que el Legislativo cipoleño declare de utilidad pública las tierras ocupadas antes de la fecha fijada para el encuentro judicial del mes próximo.

Lazzaretti, acompañada por los ediles Diego Rudi y Marcela Linhardo, solamente accedió a hacer público un escrito contra el desahucio, lo que no conformó a los manifestantes.

Tras un cuarto intermedio solicitado por los ediles, los pobladores tenían previsto hacer anoche una asamblea en el lugar y definir los pasos a seguir. En principio, se tenía programado volver al barrio, organizar y convocar a más gente y retornar hoy al mediodía para insistir en que el Municipio asuma una posición activa en defensa del asentamiento, contra lo que consideran una arremetida tardía y sin seriedad de la Justicia.

A todo esto, la Policía vigiló el desarrollo de los acontecimientos y no se descartaba que sus integrantes pudieran actuar en cualquier momento para dispersar a las personas congregadas.

En pie de guerra

No aflojarán en sus reclamos

A fondo, sin dudar. La dirigente Lilia Calderón dejó en claro que no está dispuesta a que se vuelva a amenazar con un desalojo. Afirmó que defenderá, incluso a costa de ser detenida, la lucha de años de los pobladores. “Me tendrán que oír, no permitiremos más atropellos”, dijo.

Un papel en el viento. Tirada en la calle, en las 1200 Viviendas, vecinos encontraron la citación a los ocupantes para la audiencia judicial de octubre.