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La polémica campaña del periodista Obarrio contra un aborto legal en Concordia

El periodista Pro Vida comparó lo ocurrido en Entre Ríos con el juicio al ginecólogo cipoleño, Leandro Rodríguez Lastra. El ministerio de Salud de esa provincia tuvo que salir a desmentirlo.

Una interrupción legal del embarazo realizada a una adolescente víctima de violación en Concordia desató la polémica. Grupos Pro Vida dijeron que el feto había agonizado durante 10 horas lo que desligó una cruda campaña en las redes sociales, haciendo alusión al juicio contra el ginecólogo cipoleño como el caso opuesto. Luego, el propio ministerio de Salud de Entre Ríos desmintió la información, y dijo que se aplicó el protocolo como establece la ley.

Salud de la Provincia envió un comunicado en donde afirman que el Ministerio adhirió al "Protocolo para la atención Integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo" durante 2017. En ese marco, toda vez que se han requerido dichas prácticas, las mismas se han realizado de manera respetuosa de los derechos".

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La aclaración de la cartera se dio tras una campaña en redes sociales, liderada por el periodista Pro Vida Mariano Obarrio, en el que denunciaba que el feto había nacido con vida y que estuvo agonizando varias horas a la vista de todos, cuestión que se desmintió oficialmente.

Obarrio, publicó un video en sus redes sociales en el que habló del caso del ginecólogo de Cipolletti como la antítesis de lo ocurrido en Concordia.

“En Cipolletti llevaron a juicio a un médico x salvar una vida de 5 meses de gestación. En Concordia una jueza ordenó el aborto de un niño de 5 meses y este sobrevivió 10 horas hasta que lo dejaron morir. Todo al revés”, criticó el periodista, quien además puso en duda a la víctima de violación y dijo que no había presentado la denuncia formal en el hospital. El mismo periodista, meses atrás, organizó el sabotaje de un aborto legal en el hospital Rivadavia.

El protocolo de interrupción legal del embarazo no precisa de la denuncia policial para acceder a la atención sanitaria, sino el simple consentimiento de la paciente.

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