El dramático relato de Pablo, el Bombero cipoleño que le salvó la vida a una beba
Volvía del incendio de las ambulancias y ya se iba a su otro trabajo cuando intervino en una desesperante situación. "Le pedí a Dios que me ayudara a salvarla, tengo sobrinos chicos y pensé en muchas cosas", comenta el muchacho héroe.
La jornada del viernes en el Cuartel no le había dado respiro. Recién llegaba del incendio de las ambulancias del Hospital y aún le faltaba concurrir a su trabajo rentado como seguridad en el Coto Neuquén, en otro día interminable por su doble y valioso rol.
Claro que no hay cansancio que valga para un Bombero Voluntario, de esos que se brindan por entero al servicio de la comunidad. Y menos si se trata de una emergencia y la vida de una beba está en juego.
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Mientras Pablo Vázques se quitaba el casco, las botas y el chaleco antiflama y se ponía la ropa que utiliza habitualmente para garantizar el orden en el hipermercado, una situación tan dramática como estresante lo obligó a una intervención rápida y oportuna, en la experiencia “más fuerte que me tocó vivir”.
Este joven de 28 años relata en primera persona el desesperante episodio que se registró con una pequeña de apenas 11 meses y el final feliz gracias a su veloz y criterioso accionar.
“Tras estacionar el camión, regresando del operativo en el Hospi, subí a cambiarme porque me iba a ir a mi trabajo. De repente, sentí bocinazos, al principio no le di tanta bolilla porque siempre pasan y nos saludan de esa manera. Pero llegué a ver que el auto entró y era un papá con una nena en brazos. Atiné a bajar rápido las escaleras y mientras le hacía primeros auxilios, le preguntaba al hombre qué le había pasado”, comenta cómo se convirtió en héroe.
En pocos segundos, pensó “en muchas cosas”. Imágenes que solo él sabe se le cruzaron por la cabeza. Y un ruego silencioso y especial, un diálogo interno lleno de fe… “En esos segundos le pedía a Dios ‘ayúdame a salvar a esta bebé’. Fue muy rápido, el papá me entregó a la nena y por suerte ‘volvió’ enseguida luego de que la reanimara”, repasa el desesperante momento.
Vasques, cipoleño de 28 años, agregó que en medio de la urgencia, el padre y la nena habían llegado en el coche de unos “abuelitos” solidarios y que jamás supo qué le sucedió a la nena ya que “luego vino la ambulancia y se la llevaron”.
“Sí me dijo que estaba en la cuna y de repente la vieron pálida, con los labios morados. Entonces, el papá salió a la calle desesperado y justo encontró un auto con abuelitos que la trasladaban al hospital, pero en el camino por suerte se acordaron de Bomberos que quedaba de paso”, explica Pablito, con cara de bueno y corazón gigante.
Si bien aún no es padre, el muchacho reconoce que “tengo sobrinos chicos, se me pasó todo por la cabeza”, insiste aún impactado.
Admite que es la “primera vez” que interviene en un caso así, pero asegura estar acostumbrado a “convivir con el peligro, es propio de nuestro laburo diario”.
Su pasión y vocación vienen de herencia. “Ser Bombero es la profesión más linda que hay en el mundo, lo llevo en la sangre y me gusta desde chiquito porque mi papá también lo era”, resume este Bombero héroe, que no tuvo más contacto con la beba a la que salvó y “me encantaría volver a verla a ella y a su papá”.
Pablo Vázques, protagonista de un caso estremecedor y emocionante, que habla a las claras de la importancia de capacitarse en primeros auxilios y RCP. Un ejemplo de vocación, hidalguía y generosidad. Le devolvió el alma al cuerpo a una hermosa criatura y a toda su familia. ¡Gracias totales!
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