Crónica de otro robo a estudiantes cipoleños en una plaza céntrica

Futboleros como todos los chicos de su edad, un grupo de alumnos de primer año del secundario disfrutaban este jueves de un picadito en la plaza de La Familia durante el tiempo libre que habitualmente destinan al almuerzo. Habían dejado sus mochilas y otras pertenencias apoyadas contra las rejas del lado de adentro de la canchita, con los bolsillos cerrados y camperas arriba cubriéndolas a modo preventivo.

Mientras ellos ensayaban gambetas y celebraban los goles como si fuera la final del mundo, del otro lado del tejido una mujer de alrededor de 35 años, según denuncian, aprovechó la situación para arrebatarles disimuladamente las cosas a varios. Así, se hizo del abrigo de uno, del celular de otro...

Uno de los chicos se percató de las malas intenciones de la sospechosa pero ya era tarde. Cuando se acercaron al sector, comprobaron el robo. Y hasta vieron cómo la muchacha iniciaba raudamente la fuga.

Llenos de bronca e impotencia, algunos de los pequeños comenzaron a perseguirla, en un acto tan audaz como peligroso tratándose de menores de 13 años.

"Hizo una maniobra como para despistarnos y la perdimos de vista", lamentó uno de los precoces "justicieros" que intentó detener a la maleante, que finalmente concretó con éxito y total impunidad su perverso cometido.

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"Nos dijeron que esa señora ya tiene varios robos de este tipo en la plaza, la semana pasada justo le robaron un iPhone a otra chica. Y hay varios que están al acecho para robar", agregó otro de los pibes.

Nada los intimida a los delincuentes. Ni siquiera la cercana presencia policial. La comisaría cuarta, de hecho, se encuentra a escasos metros del lugar de los tristes hechos... Allí fue radicada la denuncia por el hurto del celular en la presente jornada.

La descripción física de la ladrona

"Tatuaje de una rosa en el antebrazo izquierdo, pelo castaño claro, ojos celestes. Lucía remera nike celeste, calza negra", afirmaron los alumnos sobre las características de la persona que perpetró el ilícito.

Allí almuerzan los chicos: ¡a cuidarlos!

Con el comienzo de las clases, este medio comentó que en el lugar se reúnen a almorzar, pasadas las 13, alumnos de distintos colegios que viven lejos del centro y a los que no les da el tiempo para volver a sus casas y luego regresar al cole. Se suponía que con el frío esa tendencia mermaría. Pero algunos siguen yendo. Y padeciendo, lamentablemente, la inseguridad. ¡Teléfono -aunque la metáfora suene cruenta en este contexto- para los encargados de protegerlos!