Día del Amigo: El imperdible festejo de famosa peña local, desde adentro
Próxima a cumplir 33 años y con Miguel Parra entre sus comensales, la descripción de una memorable noche de miércoles que pareció sábado. Asado, vino, risas, emoción, bohemia... Anécdotas increíbles y fotos de la velada.
Hay clima de finde en plena semana. Hay rico vino (eso no se negocia), variedad de ensaladas y en general buena y tierna carne. Hay alegría más allá de los problemas cotidianos. Hay risas aunque no se renueven tanto las anécdotas y las festejen “los de siempre”. Hay broma sana del de River al de Boca, del cipoleño al neuquino y viceversa. Hay peronistas, radicales, los K y los del Pro en una madura convivencia (hasta que marchan los primeros tubos de tinto y se pone más picante que los choris, je). Hay profesionales y laburantes en la mesa. Hay memoria y se brinda por los que ya no están. Hay que estar y allí estuvimos, para disfrutar desde adentro a una de las peñas más antiguas y divertidas del Alto Valle.
“Tomate una pastillita por las dudas si trabajás temprano al otro día antes de venir. Y también la del colesterol porque acá se come y se chupa de lo lindo”, advierte con simpatía y a modo de consejo Fernando, quien hace las veces de anfitrión, consciente de que algún que otro exceso forma parte de la velada. Ni el popular Toti, fotográfo de este medio ni quien escribe este texto tomaron nota -ni la medicación-, justamente, pero igual se tratará de realizar una digna descripción de la tradicional juntada.
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Fernando, un docente jubilado que arribó tiempo atrás desde San Jorge, Santa Fe sentado en la cabecera. Una decena de hambrientos comensales lo rodean en otra noche a pura bohemia. Esta vez, el que juega de local es Victor Vernucci, aunque todos se sienten como en casa.
El que llega a las 21, hora pactada, agarra silla, los rezagados se acomodan en los bancos o donde pueden. Lugar no falta, ganas de pasarla bien tampoco. Por eso, aunque el sabroso “morfi” se sirve a las 22, una hora antes ya “hay más gente que en La Visera”.
Doblemente especial
No es una noche más. Se celebra, en la ocasión, el cumple de Jorgito Spessot y ya se palpita el Día del Amigo. Entonces, se le dedica el canto típico a uno de los pioneros de la peña que apaga las velitas y se multiplican los brindis en la peña que a propósito de edad, se aproxima a esos 33 años que la convierten en una de las más antiguas del Alto Valle.
Sus integrantes no nos dejan mentir. A lo largo de la interminable noche, en verdad, se encargan de exponer a los “bolaceros” que surgen con el malbec y otras delicias que llenan las copas. Las primeros con tinto de alta gama, las restantes con champagne y fernet. ¡Mamurra mía!
Y si alguien exagera, retumba el latiguillo que patentaron espontáneamente en “los garages de los miércoles”: “¿Una trucha de cuántos kilos sacaste? Ah bueno, vamos todos…. ¡Bingo!”, pronuncia uno de los muchachos y el resto desde luego que se acopla tras la invitación…
“Roberto Bringas, Fernando Biani y Carlos Gil fueron los otros fundadores de los encuentros que se iniciaron el 28 de agosto de 1990 en San Martín 146”, acota Fer Villarreal, acaso el más locuaz de todos.
Las charlas se entremezclan. Uno cuenta una cosa y el de enfrente otra. Se superponen las conversaciones. El bullicio es total. Desprolija y toda, no hay mejor terapia semanal que esa. El infierno está encantador…
El que cocina pasa una decena de veces con la tablita repleta de distintos cortes de carnes y achuras. También va y viene con la bandeja de fritas. Y las ensaladas de rúcula, tomate, cebolla y morrón, repollo blanco con ají molido y una mayonesa especial acompañan el menú, con alfajor helado de postre en esta oportunidad. Se recurre seguido a la parrilla pero ojo que “la carta” es amplia y variada, digna del mejor restaurante.
Manjares de todo tipo
“Se hacen otras comidas. Tenemos, por ejemplo, dos especialistas en cocina italiana en bagna cauda -crema, nueces, anchoas y ajo- como Daniel Bardeggia y Alfredo Sielli. De paella sabe mucho Justo, Ariel es un gran asador aunque son todos buenos y Armando tiene el récord de hacerlo rápido. Fernando es el de las ensaladas y Jorge la rompe con las achuras”, explica Villarreal, quien se las ingenia con su parla para meter bocadillos de básquet entre tanta charla futbolera.
“Han venido algunos jugadores, acá la mayoría somos de Boca, River y alguno del Rojo, La Academia y el Cuervo también hay. Eso sí, de Cipolletti todos y eso que la mayoría vino de afuera”, agrega Villarreal.
Hay, en efecto, cordobeses, santafesinos, bonaerenses y de otros lados. Pero también grupitos de cipoleños y neuquinos, que se chicanean con la mejor onda y se desafían en esos trucos vibrantes que se arman post cena y con el palillo entre los dientes.
“Estos mienten sobrios imagínate jugando a las cartas con un trago de más. Igual acá no se enoja nadie, una vez uno se hizo el loco y amenazó al grupete: ‘el viernes que viene no vengo’ tiró y nos juntamos los miércoles. Imaginate como estaba y las carcajadas de los demás. Hermoso jeje”, recuerda la anécdota Fernando y se tienta.
Y llegan las 12pm. Ya es el Día del Amigo. Estos buenos muchachos se abrazan y lo más lindo, tienen buena memoria. Y recuerdan a los que ya no están, como Rubén Bardeggia, Angel Dezotti y Manuel Zapata. No con lágrimas sino con sonrisas, como los conocieron.
Un par de horas más tarde es tiempo de despedirse. Antes se designa al próximo cocinero, que “se lleva las vajillas sucias y las traerá limpias en 7 días, hará las compras y cocinará el miércoles que viene”.
Comensales famosos
“Todos son muchachos excelentes y algunos muy conocidos. En un tiempo tuvimos de invitado de honor a Roberto Vicario, poeta, cantautor, muy conocido en los 60, 70 y 80. Cuando vivía acá el encantaba estar. Y el que nunca falla es Miguelito Parra, un número uno de las primicias y como persona”, acota el interlocutor. Parrita, como le dicen cariñosamente, suele sumarse un rato más tarde por su labor en la radio pero siempre "le guardamos un plato calentito".
La vida tiene otro color y sabor para ellos con la Peña de los miércoles desde hace más de tres décadas. Amigos son los amigos y cada una semana honran esa palabra. ¡Feliz día y salud!
Bonus track de anécdotas
De las que se pueden contar en público, estos atorrantes tienen dos. “Una vuelta nos fuimos de campamento y agarramos de punto a Fernando, le desinflamos el colchón pobre, que mal la pasó esa noche”, evoca la travesura uno de los comensales.
Y el cumpleañero revela la que más disfrutan y nunca caduca. “Mi papá era devoto de Ceferino Namuncurá. Resulta que una vuelta se fue de viaje en su camioneta y se le quedó en la ruta. De repente, en plena noche fría y con mucho miedo, vio por el espejito que atrás había un auto con las balizas puestas. Vino a su rescate un hombre y lo llevo a su cabaña. Entre vino y otro se consultaron los apellidos. Mi papá le dijo el suyo y le preguntó al tipo ¿y vos como te llamás? ‘Yo soy Namuncurá’ fue la sorpresiva respuesta, parece que era sobrino nieto del mismísimo Ceferino. Y entonces, a mi viejo le salió del alma: “¡Qué lo parió, le pedí a Namuncurá que me ayude pero que se me aparezca ya es demasiado…!”.
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