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Las voluntarias de la guardería canina seguirán con su lucha

Pese a la pandemia, las integrantes de la Fundación SOS Animal Cipolletti han mantenido su labor de cuidado de las mascotas. Su organización tiene reconocimiento legal y en estos días finales de 2020 y el año que viene seguirán con su labor solidaria.

Se termina el año y para las voluntarias que integran la Fundación SOS Animal Cipolletti el momento llega con la satisfacción de haber conseguido el reconocimiento legal para su organización y con la conciencia de haber trabajado con todo el empeño y dedicación posibles, aun en las condiciones que impuso la pandemia, en beneficio de los perros que todavía están alojados en la guardería canina de la Isla Jordán.

En la entidad, tienen la determinación de seguir profundizando en 2021 sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de los canes del refugio y para dar nuevo impulso a la tarea de promoción de adopciones, la única forma para cumplir con el objetivo de cerrar en un futuro definitivamente el lugar.

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La dirigente María Acosta manifestó que la realidad en la guardería continúa siendo desfavorable para los perros y, según ella, incluso puede empeorar por la construcción que lleva adelante el Municipio de caniles que no reúnen las condiciones ni resultan saludables para albergar los animales.

Pero lo peor del año en curso ha sido la paralización del programa de castraciones de la comuna. En un principio, esta situación se la relacionó con los riesgos de la pandemia pero ahora que se ha recuperado una casi plena actividad municipal la situación persiste, al parecer, porque no se contaría con veterinarios para concretar las esterilizaciones.

El hecho es que "esto traerá muchos problemas", enfatizó la referente, en alusión a la superpoblación canina y al aumento de la cantidad de mascotas abandonadas que se irá registrando. Recordó que para que Cipolletti pueda solucionar el inconveniente que plantea el creciente número de canes "necesitaría hacer mil castraciones mensuales, pero ahora no se están haciendo ninguna".

Pese a las complicaciones y dificultades, las voluntarias de SOS Animal están contentas por el reconocimiento jurídico de su institución y por la labor permanente que se ha desplegado durante el año en el refugio de la Isla Jordán. En ello, han contado con la colaboración de la comunidad y con el esfuerzo y dedicación de quienes integran la organización.

En estos días, la fundación no está efectuando tareas para la adopción de más perros del refugio, ya que, al parecer, por la difícil situación económica imperante, se habían detenido los pedidos de vecinos. La actividad se retomará lo antes posible, para conseguir un hogar a los 300 perros que siguen en el albergue.

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