Imputaron a Bastonero por grooming

Oscar Alfredo “Pequi” Bastonero (40) fue acusado por grooming en Neuquén, delito también conocido como ciberacoso, en el que el agresor contacta por cualquier medio a un menor de edad con intenciones sexuales. Es el primer caso de este tipo que llega a la Justicia en la vecina provincia.

En la audiencia de la formulación de cargos intervinieron el fiscal Gustavo Mastracci y la Defensoría de los derechos del Niño y el Adolescente. Se trata de un caso que fue revelado por LM Cipolletti el 7 de octubre. Bastonero ya fue condenado e investigado por una gran cantidad de estafas en la región, mientras que ahora se lo acusa de acosar sexualmente vía Whatsapp a una chica de 15 años.

La maniobra que se le atribuye a Bastonero surgió a partir de un profiling digital que le realizaba la policía neuquina, a raíz de una investigación por una estafa que superaba los $400 mil con la venta de terrenos en un loteo en la zona limítrofe de Neuquén con Plottier.

Durante esas pesquisas se descubrió que entre el 24 y el 27 de julio de 2016, Bastonero se contactó por Whatsapp con una joven que sabía que tenía 15 años. En esas comunicaciones, él le proponía mantener un encuentro de índole sexual con mensajes explícitos que son irreproducibles.

Además, en la causa fueron secuestradas fotos que enviaba Bastonero a la chica, donde exhibía sus partes íntimas. “Incluso, incitaba a la chica a que lo imitara y le enviara fotos de ella desnuda”, confió un investigador del caso.

Especialistas en abuso infantil enmarcan el accionar de Bastonero en la figura del pederasta, ya que no sólo busca por la red pervertir a una menor para que se tome fotos desnuda, sino que además intenta concretar un encuentro real donde se materializaría el abuso.

Además, Bastonero ya tiene una condena en su haber por otro delito, por lo que en caso de ser declarado culpable podría terminar en la cárcel. De acuerdo con las penalidades que contempla la ley, para este delito arrancan en los seis meses y la pena máxima es de 4 años de prisión.

Una ley impulsada desde Cipolletti

La figura del grooming comenzó a escucharse en el país gracias a las presentaciones judiciales realizadas por la cipoleña Rosa Castro, quien denunció a un comerciante de 38 años por el acoso virtual que sufrió una de sus hijas.

Este tipo de delitos no tenían ninguna legislación, por lo que el hombre fue condenado por exhibiciones obscenas y se le impuso una pena en suspenso. Rosa inició una campaña hasta que en el 2013 el Congreso de la Nación sancionó la ley de Grooming, que tiene penas que van desde los 6 meses hasta 4 años de prisión.