A 18 años del último título de Cipo a nivel nacional, una campaña inolvidable
Este martes se cumple un nuevo aniversario del logro de aquel equipo dirigido por "Mingo" Perilli.
El 3 de junio de 2007, la ciudad de Cipo vivió su jornada futbolera más épica de este siglo, con una fiesta que empezó en La Visera colmada desde las primeras horas de la tarde, y terminó a la medianoche dando la vuelta olímpica en la plaza San Martín, con los jugadores sobre autos y camionetas vitoreados por miles de fanáticos albinegros. Aquel equipazo puso al club entre los mejores 50 equipos del país. El paso del tiempo engrandeció ese hito, aunque algunos le hayan querido bajar el precio por tratarse del Torneo Argentino B.
Fue el séptimo y último título de AFA en la historia del Club Cipolletti. Los seis anteriores fueron Torneos Regionales en 1973, 1975, 1977, 1979, 1980 y 1984/85 que clasificaron al albinegro a Nacionales en los que enfrentó a casi todos los clubes grandes del país, llegando a vencer a Boca en 1978 y a San Lorenzo en 1980.
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Eran otros tiempos, era otra la historia
Era otra era del fútbol argentino y de la ciudad de Cipolletti, donde las chacras producían árboles de divisas extranjeras. Pero los hinchas que rodean los 40 años de edad vivieron más eras de vacas futboleras flacas en presupuestos y en éxitos. Eso no modificó el gen de una ciudad que respira fútbol, que contagia identidad, y produce año a año hinchas genuinos de Cipolletti mas allá de los resultados.
Ese equipo de Perilli estaba formado casi por completo en las inferiores albinegras. Hicieron la pretemporada en El Chocón sin hablar de sueldos, ni contratos. Los jugadores eran tentados económicamente por Alianza de Cutral Co, Independiente de Neuquén y Deportivo Roca, que tenían apoyo gubernamental y ofrecían salarios que duplicaban, y a veces más, los de Cipolletti. Pero los jugadores eran hinchas, iban a la popular a alentar cuando no jugaban, dejaban la vida en cada pelota como hinchas, y la identidad se impuso sobre el dinero. De hecho al finalizar el Apertura 2006, el goleador Padua fue tentado de Osorno de Chile y exclamó “si tenía que pensar con el bolsillo me tenía que ir, por eso preferí pensar con el corazón”.
Cipo terminó primero en la tabla general de 48 equipos del Argentino B, que incluía (y quedaron abajo) a: Deportivo Maipú, Patronato de Paraná, Chaco For Ever, Central Córdoba de Santiago del Estero, Gimnasia y Tiro de Salta. Ninguno de ellos ascendió. Y algunos ya tenían billetera gorda que los catapultó los años siguientes a los primeros planos del fútbol argentino.
Párrafo aparte para Oscar Alfonso Padua, "el Loco", que fue el goleador del campeonato con 26 goles. Convirtió en los primeros 7 partidos de la temporada, marcando un récord histórico. En el Apertura 2006 metió 18 goles en 14 partidos que jugó. En la final contra Sporting de Punta Alta impuso otro récord notable metiendo 3 goles en 5 minutos. El albinegro había perdido en la ida en Buenos Aires, y en la vuelta goleó 5 a 1 con un póker del Loco.
En el Clausura 2007, Cipolletti establece dos récords igualados recién ahora, 18 años después, en el Federal A 2025: Ganó 6 partidos consecutivos, y metió 9 victorias en 10 partidos. Además le ganó 3 a 1 a Deportivo Roca en el Luis Maiolino y 2 a 1 a Deportivo Madryn en el Coliseo del Golfo. Entre 2010 y 2021, Cipolletti volvió más de una decena de veces a cada cancha, y nunca más pudo ganar.
El entusiasmo de los hinchas era total. Las caravanas en épocas de fútbol con público visitante copaban y sorprendían en las rutas del país. Hasta hinchas locales manifestaban lo lindo que era ver tantos hinchas visitantes en sus estadios. Cipolletti, con su movimiento y su pasión inexplicable, volvía a ser el de las mejores épocas pero se temía, y mucho, a los fantasmas de finales perdidas.
La final del Torneo Clausura fue contra Alvarado. Tras un 0 a 0 en el Mundialista de Mar del Plata donde el único atractivo fueron los cientos de hinchas de Cipo cantando bajo la lluvia, La Visera estalló de éxtasis y gloria con un 2-0 y 3-1 a favor, que se desvaneció cuando Alvarado lo empató 3 a 3 sobre la hora. Fueron a penales, y el Oreja Ruiz se convirtió en héroe atajando dos disparos.
Increíblemente, ganar el Apertura y el Clausura no le dio el ascenso a Cipolletti, simplemente lo hizo saltar la llave “cuartos de final” de playoff. Y ser uno de los mejores 3 de la Tabla General le permitió saltear también la llave “semifinal”. El equipo de Perilli estuvo parado 35 días esperando rival por el ascenso.
En realidad, Cipolletti fue el mejor de los 3 encumbrados que fueron derecho a la final. Sumó 8 puntos más que Deportivo Maipú, con quien Cipo aprovechó para jugar un par de amistosos en la espera de la final, y 10 puntos más que Central Córdoba de Santiago del Estero. Era tan difícil el torneo, que después de tremenda campaña de mendocinos y santiagueños, ellos perdieron la final, perdieron la promoción, y se quedaron en el Argentino B.
El rival por el ascenso de Cipolletti fue Racing de Olavarría, que también venía de jugar el Argentino A el año anterior y quería volver rápido. En la ida de visitante y ante mil hinchas albinegros que suelen recordar el frío polar que azotó la provincia de Buenos Aires, Cipo perdió 2 a 1 con un gol sobre la hora después de un tiro libre dudoso en contra. El albinegro masticó bronca y se preparó para una semana de expectativas desbordantes en la ciudad.
Aquel 3 de junio de 2007 amaneció soleado, y con un movimiento de gente en la ciudad que nada tenía que ver con los domingos cipoleños. Desde muy temprano el centro estuvo colmado de hinchas. La Visera explotó con la salida del equipo vestido de verde. La elección del color tuvo que ver con eliminar aquellas mufas de finales perdidas, mas allá de cierta similitud de los colores tradicionales con la camiseta blanca del rival.
Cipolletti ganó 2 a 0 con dos goles de Oscar Padua. En el final Racing de Olavarría convirtió un gol que llevaba la definición a los penales, y si bien paralizó miles de corazones albinegros, fue bien anulado por posición adelantada.
El sufrimiento de 22 años sin títulos terminó. La Visera festejó toda la tarde, y la ciudad en la plaza con jugadores e hinchas toda la noche. Una fiesta así no se vivía desde el histórico 19 de agosto de 1973, ya que los otros títulos nacionales del albinegro fueron de visitante.
¿Fue realmente importante ganar el Argentino B?
Muchas veces se comenta este título bajándole el precio que realmente tuvo. Pero ese desprecio es injusto, y motivo de enojo de referentes de aquel Cipo campeón.
En 2007 había 20 clubes en Primera, 20 en el Nacional B, y 24 en el Argentino A. Ese campeonato puso a Cipolletti en el puesto 65 del ranking a nivel nacional. Hoy el ranking 65 juega el Nacional B.
Se recuerda mucho a ese equipo por los años siguientes, en los que peleó el ascenso al Nacional B con muy bajo presupuesto, el DT Perilli solía decir “somos convidados de piedra en las finales”. En la temporada del regreso, Cipo perdió la fase final contra Atlético Tucumán. Y las dos temporadas siguientes cayó muy cerca de la final contra Patronato de Paraná. En esos caminos, Cipo ganó en provincias en las que nunca en la historia había ganado.
Es decir que tras el Argentino B, Cipolletti estuvo los siguientes 3 años entre los mejores 50 equipos del país. Hoy eso no se consigue ni ganando el Federal A.
Pasa el tiempo y toma resonancia aquel Cipolletti campeón 2006/2007. La historia sirve para generar identidad, y ahí está el ejemplo para mostrar a una nueva generación de hinchas que con jugadores del club, dirigentes, hinchas y cuerpo técnico en la misma vía se pudo salir campeón sin un presupuesto acorde. Hoy se puede soñar con dedicación, profesionalismo y amor por la camiseta.
Nota e info: Sebastián Sánchez, autor del libro "La Pasión de Cipo".
Fotos: Héctor Sánchez.
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