Salió sola y en bici del Alto Valle y lleva 4 años por Brasil: "fue la mejor..."
Nació en Cipolletti y creció en Oro. Su sueño aventurero llegó muy lejos. El mensaje de Silvia a las mujeres e historias emotivas del viaje.
Ella eligió su propio destino. Se abrió camino sola. La aventura comenzó el 3 de febrero de 2020, es decir acaba de cumplir cuatro años pedaleando sin cesar por las rutas de Sudamérica tras renunciar a todo para cumplir su sueño.
Son más de 23.600 los kilómetros recorridos en este extenso y apasionante viaje, en el que transitó nada menos que 17 estados de Brasil.
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Y pensar que partió desde su querida Fernández Oro apenas con su bici, una mochila, un poco de ropa y no mucho más.
“Por más mujeres viviendo sus sueños”, escribió en los últimos días en su cuenta de Instagram la cipoleña Silvia Díaz, de ella se trata, arengando a que muchas otras la imiten.
Es que además de viajar en forma constante, le encanta inspirar a otras chicas a animarse a cumplir sus objetivos, a disfrutar de la libertad y no atarse a nada.
Silvi -43 años- hace distintos posteos en los que comparte su atrapante experiencia con sus seguidores, que los tiene de a miles. "Fue la mejor decisión de mi vida", resumió en uno de sus últimos mensajes sobre esta experiencia.
Y en medio de su exitante travesía había brindado una nota a LM Cipolletti cuyos tramos salientes aquí repasamos:
Nació en Cipo, se crió en Oro y estudió en San Carlos de Bariloche, donde finalmente se convirtió en profesora de educación física con orientación en montaña. Como vivió en tantos lugares, ella se identifica como "rionegrina" o, simplemente, oriunda de "todas partes".
"Viajé mucho como mochilera e incluso llegué hasta Brasil en el 2018. Fue en ese viaje, que duró tres meses, en el que me di cuenta que no quería volver, pero debía hacerlo porque tenía que trabajar", expresó Silvia.
Un click en su vida
En este sentido, la aventurera contó que fue el año 2019 en el que todo cambió. "Estaba mirando Instagram y me apareció la foto de una mujer de Colombia viajando en bicicleta en Vietnam. La flasheé, porque yo quería viajar así, y hasta ese momento nunca lo había visto como una opción. Cuando la vi me dije que yo quería eso y podía hacerlo", detalló.
"Ahí empecé a tomar decisiones. Estaba en Dina Huapi y Bariloche como preceptora, pero renuncié y decidí volver a la casa de mis padres en Fernández Oro, ya que necesitaba juntar dinero para salir a viajar en bici. Cuando llegué al Alto Valle fui a la asamblea y encontré trabajo como preceptora, de nuevo, por lo que el próximo paso fue el de buscar una bicicleta", relató.
Por un tiempo, Silvia continuó trabajando y ayudando a su familia con la casa, mientras que -en los momentos en los que se encontraba libre- se encargaba de armar el recorrido de su tan esperado viaje y también de entrenar, porque en la cordillera había perdido la costumbre de hacer largos recorridos en bici. "Iba hasta Allen, Cipolletti y Neuquén y volvía, era para empezar a ejercitar mi cuerpo de nuevo", explicó.
Finalmente, el 3 de febrero de 2020 llegó el momento más esperado. Le pidió a su familia que la acompañara hasta General Roca y, desde allí, pedaleó sola y en libertad hasta llegar a Brasil, pero siempre con una meta en mente: algún día dar la vuelta al mundo para recorrer Vietnam, tal como esa publicación de Instagram que tanto la cautivó e inspiró.
"Salí sola porque siempre lo hice así y la verdad no tenía planes de viajar con nadie. Eran mis tiempos y salir cuando yo estuviera preparada. Para eso también pasé mucho tiempo mirando videos de personas que viajaban en bici para ser autosuficiente y no precisar de nadie. Cuando viajo no tengo miedo, pero sí precaución. Me preparé en todo sentido por si algo pasaba, pero nunca pasó, me siento protegida", expresó.
Cómo transitó la pandemia
Silvia se encontraba en Montevideo cuando se anunció la pandemia de Covid-19 y la emergencia sanitaria a nivel mundial. Dudó entre continuar su camino o regresar a Argentina, pero hubo algo que la ayudó a mantenerse firme para dar el siguiente paso.
"Empecé a ver que la gente miraba a los viajeros como el virus andando y decidí que no iba a volver porque no quería pasar una situación fea. En Uruguay las rutas nunca se cortaron y la gente podía transitar, lo cual me ayudó a ir cambiando de lugares, porque no tenía donde quedarme. En abril entablé comunicación con un cicloviajero argentino que quería pasar a Brasil y tenía un contacto para quedarse en un camping, lo cual me pareció buena idea y emprendimos viaje", indicó en su momento a la periodista Katia Giacinti.
Juntos llegaron hasta Aceguá, donde sus caminos se separaron. La rionegrina se quedó en la localidad, la cual le dio la oportunidad de ganar dinero sacando fotos, otra de sus pasiones.
"Empecé haciendo fotos a la hija de una familia amiga y su mamá las subió a Facebook. Después todos querían sus fotos y así fue como arranqué. También me dediqué a hacer muñecos en crochet. Fue una experiencia muy enriquecedora y donde empezaron a surgir mis dones. Es que cuando uno los necesita, aparecen", reflexionó.
Además, en la divisa de Río Grande do Sul y Santa Catarina, Silvia conoció a Antonieli, quien se convirtió en un gran compañero de viaje por un año e inició una cuenta de Instagram (@vivendoavidadebicicleta2) en la que relatan sus grandes aventuras y muestran los más variados paisajes. "Nos cruzamos, él venía viajando en bicicleta también. Juntos hicimos una ruta poco recorrida por cicloviajeros", agregó.
Una experiencia única
Para Silvia, viajar en bicicleta tiene una infinidad de experiencias positivas, ya que la gente "aprecia y valora el viaje, tanto así que uno pasa a formar parte de sus vidas y familias, lo que es maravilloso".
"Uno de los mayores aprendizajes ha sido el desapego. Todo el tiempo conocés y te despedís de las personas, pero sabés que -más allá que te duela dejarlos, hay que seguir", aseguró la cicloviajera, quien también recordó a una de esas personas que se cruzaron en su viaje y marcaron su vida.
Todo ocurrió en Itaituba, una ciudad del estado de Pará, en el lugar en el que pasó la noche. Allí conoció a João, un hombre que vive en la calle y duerme en una estación de servicio.
"Antes de irme me regaló 7 reales, los únicos que tenía. Le dije que no precisaba, que él los iba a necesitar. Sin embargo insistió tanto que no podía no tomarlo. Es impresionante, pero siempre las personas que menos tienen son las más generosas. Este viaje me demostró que existen más personas buenas que malas", indicó.
El mensaje a las mujeres
A la hora de enviar un mensaje a las mujeres viajeras que quieren emprender su propia aventura, pero aún no se animan, Silvia las alentó a atreverse a vivir sus sueños sin miedo, con precaución y siempre escuchando al cuerpo y la intuición.
"Si algo te dice que ahí no es, es porque definitivamente ahí no es. El miedo atrae una energía ruin, por eso me gusta la frase 'detrás de los miedos está la vida'. Si yo pude, cualquier mujer puede", afirmó.
Ahora, la rionegrina tiene la meta de volver a encontrarse a sí misma, ya que considera que, en este último tiempo, se dejó de lado, por lo que desea darse prioridad. Y concluyó: "También quiero poder cumplir mi sueño de pedalear en Vietnam y voy a trabajar para que eso suceda".
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