La mágica cura natural de los rodanteros del Alto Valle que fueron a Brasil
Los últimos de la extensa caravana ya están de regreso en Cipolletti. Un conocido panadero local comparte anécdotas, enseñanzas y una asombrosa revelación.
Cuarenta días, más de siete mil kilómetros, nuevos amigos del Valle y otros puntos del país, anécdotas por doquier y las ganas de salir “mañana mismo” de nuevo a la ruta. Los Rodanteros son un grupo de amigos, vecinos y apasionados por los viajes que decidieron viajar en caravana hacia Brasil para sentir "que la vida no se nos escapa".
“Cómo será que al despedirnos organizamos una escapadita para noviembre a la cordillera”, revela a LM Cipolletti, Omar, uno de los rodanteros que participó de la interminable caravana a Brasil en una experiencia que califica de “inolvidable”.
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La atrapante experiencia tuvo su punto final este viernes para el histórico panadero de nuestra ciudad, su incondicional pareja y otros 3 Motorhome, ya que el grueso de los aventureros regresó unos días antes.
Aún sin desarmar el equipaje y reacomodándose nuevamente al día a día cipoleño, el conocido vecino compartió con este medio las vivencias y enseñanzas únicas que deparó la excursión con “gente que en algunos casos no conocíamos y con la cuál pudimos entablar una amistad bárbara”.
Más anécdotas de los rodanteros locales en Brasil
Don Omar atesora muchas situaciones curiosas y risueñas. “Lo más inédito fue que en Brasil tuvimos poco calor, si hasta anduvimos haciendo torta fritas en una playa de Florianópolis. La gente miraba sorprendida, no las conocían. También se asombraba por el estilo de vida del que viaja en Motorhome, algo novedoso para ellos. La pasamos genial”, asegura quien hace tiempo delegó el manejo de su comercio en sus hijas y se dedica a disfrutar de los viajes y la vida junto a su esposa Angélica.
Destaca la “armonía y predisposición para todo del grupo” con el que convivieron más de un mes y admite que el mayor susto sucedió en las autopistas brasileñas “por lo rápido que manejan allá, todos se piensan que son Ayrton Senna -por la leyenda tuerca-. ¡Mamita!”.
Aprovecha que se lo consulta por los sitios que más le gustaron para repasar el periplo: “Ya algunas partes de Brasil conocíamos, pero todos los lugares donde fuimos, camping o parajes agrestes resultaron muy lindos. Argentina todos los días nos sorprende con su belleza, hicimos las Cataratas del Iguazú, Bella Vista, el Valle de la Luna, y mucho Brasil, con eje en Florianópolis”.
Datos a tener en cuenta
En cuanto a las comidas, deja un dato para los que planeen algún próximo viaje al vecino país. “Carne no se puede llevar así que una vez hicimos un asado en la playa. Pero les recomiendo los tenedores libres, que en Brasil son muy baratos, por 7 mil pesos por cabeza comíamos con postre, todo muy completo”.
Hubo brindis “a lo loco”. Y desde luego la estrella del viaje, en materia bebida, fue la caipiriña, típica bebida brasileña. Con otra anécdota divertida de por medio… “Hicimos la excursión del ‘barco pirata’, ahí hay caipiriña todo el tiempo y muchos del grupo bajaron del barco mareados, no sabíamos si por las olas o por la caipiriña -risas”.
Lamenta, siempre en tono de broma, que “las únicas dos solteras del grupo volvieron solteras, no se trajeron ningún garoto en la casilla rodante”. Y, por otro lado, resalta la nobleza de los vehículos “que se la ‘re bancaron’. Igual ante el menor inconveniente aparecía alguno del contingente a dar una mano, ¿qué te pasó en tu camioneta, te ayudamos’, te decían con la mejor onda”.
Los pararon varias veces los controles en Brasil pero a pesar de la mala fama, reivindica desde su experiencia a la policía brasileña. “Buena onda, nos ayudaron, nos guiaron. Íbamos con esa expectativa de la rivalidad, pero incluso la gente cuando andábamos perdidos nos rumbeaba”, celebra.
Próximo destino y la mágica cura natural de todos los males
Se quedaron con ganas de más. Y van por más. “Ya cuando llegamos a la rotonda de Sargento Vidal, en la vuelta, estábamos programando otro viaje a la cordillera para noviembre”, anticipa.
En un mensaje imperdible y emocionante, sugiere al que pueda que los imite y no se prive de estas apasionantes travesías: “Le digo a la gente que se anime, es un dicho trillado pero cuánta verdad, no dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy. Hoy que Dios nos concede salud, vida, fuerza para poder manejar y resistir… No esperen a jubilarse, a ser grande, es hoy”, reitera su convicción. Omar, un pan de Dios...
Y la confesión del final resulta sencillamente increíble: “Te subís al Motorhome y se olvidan los remedios, los dolores, es una anestesia de alegría, una inyección de felicidad. Muchos de los que fueron son diabéticos, tienen hipertensión, presión alta y andaban todos sin remedios. Es una curación este tema, mirá que somos todos veteranos, eh. Te ponés a charlar y te dicen ‘che, hace 3 ó 4 días que no tomo remedio, lo voy a hacer por si acaso”.
Los rodanteros del Alto Valle ya están en la región tras una experiencia maravillosa. Recién llegados sanos y salvos de Brasil, contaron qué se siente…
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