Agustina Bonetti: “No solo me quede sin mi mamá también me quede sin mi tía”
En primera persona, esa niña a la que le arrancaron una parte de su vida, ya es una mujer que mantiene vigente el reclamo de justicia por el Triple Crimen.
Agustina vive en el Bolsón, su viaje lo tenía programado para venir a marchar, “la ruta estaba llena de aguanieve, me quede demorada en la ruta 237 por un accidente, todo se me atraso”, la marcha por 26 años sin Verónica, María Emilia y Paula.
“Mis viejos estaban reconciliados, en octubre hacia poquito, estaban de viaje en Buenos Aires, mi viejo la última que la vio fue en Buenos Aires que él se quedó allá, a mí me faltaba re poquito para cumplir mis 3 años, mi vieja estaba con mi tío haciendo lemon pie el 9 de noviembre, para vender, para juntar plata para festejar mi cumple, cumplo el 17 de noviembre, una semana después de lo que paso”
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Agustina toma mates mientras hablamos, su mirada es de alguien fuerte pero hay fragilidad y a veces le tiembla su voz, le digo que paremos, si está bien que la seguimos otro día, me hace un gesto con la mano que sigamos mientras en la otra sostiene el mate.
Agustina es coqueta, “eso no lo herede de mi mama, eso es de mi abuela. Mi mama era de tauro tenía un carácter fuerte, se ve que saque eso de mama y también mi abuelo me contaba que mi mama llegaba tarde al colegio 33, viste que quedaba a media cuadra donde vivíamos, (se ríe), mi abuelo dice: igual a tu mama, porque por ahí llego a las corridas a los lugares que me quedan cerca…”
Las marchas
Ir a las marchas para mí era un juego, no entendía mucho que pasaba ahí, era re chica, pero si me re acuerdo que para mí era felicidad, porque me encontraba con mis primos, primas, tíos y jugaba también un montón con Luciano, el hermano de Vero, era un lugar de encuentro de risas y diversión, no tomaba dimensión de nada, después ya no me llevaban, ya de grande volví a ir por mis propios medios.
A mí me dijeron que mi mama se había ido con Dios, solo me dijeron eso, a mi corta edad entendí eso, tuve una infancia de cuidado permanente de mis abuelos y mi tío Guido y mi papa.
Cuando tenía 14 años, estaba en la casa de mi papa, estaba sola, estaba viendo la tv, en realidad estaba en mute, la tenía prendida mientras estudiaba, de repente miro la pantalla y veo una foto de mi tía con una remera de River, y dije esa foto la conozco, no caía que era mi tía porque era junio, como que no daban las fechas y en realidad era un recreación de lo sucedido de un programa horrible (parte de la morbosidad de los medios de comunicación) y cuando llego mi viejo, estaba llorando y le dije contáme todo.
Ahí fue cuando caí, que las marchas donde iba a jugar y de encuentro de felicidad, era un reclamo de Justicia, ahí es cuando empecé hacerme preguntas:
¿Por qué las mataron?, ¿nadie vio nada?, ¿Quién encubre?, y miles de preguntas más.
A Ofelia me acerque en el año 2020, me invito una vez a la marcha y ahí fui consciente de lo que era sentir una marcha, ¿sabes? yo no lloro de dolor, lloro de impotencia, de que más hay que bancar?, yo tengo un peso muy grande, una mochila que no me quiero ir sin saber que paso con mi mama y mi tía, porque no solo me quede sin mama, me quede sin mi tía.
El mundo onírico
El mundo de los sueños, es un mundo de mucha información , por eso hay que anotarlos, siempre nos deja mensajes y siempre alguien que ya no está nos viene a visitar, Agustina siente una conexión espiritual con su mama, no tiene recuerdo de ella alguno, no se acuerda de su cara, de su gestos, de su olor, del calor de un abrazo, no tiene registro visual palpable de su mama, “pero sabes que cuando ando muy triste o con bronca por el dolor, se me aparece en sueños, pero es muy loco, porque no es que la veo, entendés?, pero sé que está ahí, y siempre me dice lo mismo: “baja un poco”, es como que me baja, me tranquiliza, me cuida, y la re sueño, eso me da algo de paz.
María Emilia y Paula y la música
A mi mama le gustaba Bon Jovi, hubo risas entre ambas, tenía posters y todo, era fanática mal se ve y a mi tía los Guns´s and Roses, si me parece que hasta los fue a ver, ahora cuando vino Fito me acordaba de mi tía, también le gustaba, yo tengo todavía todos los discos de mi tía de Fito, me dice eso y pienso automáticamente en “esta puta ciudad, todo se incendia y se va, matan a pobres corazones, ciudad de pobres corazones..."
Noviembre
Llega noviembre y todos me pegan diferente, cuando yo no sabía bien lo que le había pasado, viendo una peli con mi abuela, una de una máquina del tiempo, no me acuerdo el nombre, le dije de la nada: “podríamos traer esa máquina acá, así ponemos a mama, así no salían a caminar”, mi abuela se largó a llorar.
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