La hija de una víctima, indignada por los beneficios a Kielmasz

“¿Lo trasladan porque no puede ver a su familia? ¡Caradura! ¿Y a mi mamá quién me la devuelve? No hay justicia en este país”, señaló ayer muy enojada Agustina, hija de María Emilia González, cuando se enteró de que Claudio Kielmasz está alojado en el penal federal de General Roca.

El único condenado por el Primer Triple Crimen de Cipolletti reclamó su traslado desde La Pampa porque se encontraba lejos de sus seres queridos y las autoridades judiciales le otorgaron el beneficio durante el presente mes. Kielmasz había sido alojado en una cárcel de Río Gallegos; luego pasó por Viedma y finalmente fue llevado a la Unidad 4 de Santa Rosa, en La Pampa. Ahora volvió a la región valletana y permanece preso en la colonia penal roquense.

A pesar de que sus pedidos de salidas transitorias obtuvieron como respuesta un “no” contundente, su insistencia en ser trasladado a una cárcel de la zona derivó en una orden de la Justicia rionegrina para que se cumpla su solicitud, precisaron fuentes judiciales. La novedad generó un inmediato repudio de los familiares y amigos de las jóvenes María Emilia y Paula González y Verónica Villar, quienes no pueden creer los beneficios que se le dan a Kielmasz. “Por lo menos el juez tiene dos dedos de frente para no largarlo. Qué grande la Justicia de Río Negro, siempre beneficiando al hijo de puta. Me saco el sombrero ante ustedes. Basuras”, enfatizó Agustina, quien hizo público su malestar a través de las redes sociales.

Desde hace varios años, a través de su defensor oficial, el asesino que cumple un castigo de prisión perpetua busca beneficios excarcelatorios aunque con escasa suerte. En la vereda contraria se ubican la parte querellante y la fiscalía que, de manera coincidente, muestran su total oposición a posibles salidas porque “es un peligro para la sociedad”.