Sin luz ni agua por la caída de árboles y carteles

El temporal de viento que azotó Cipolletti durante la jornada de ayer dejó sin luz a gran parte de la ciudad y zonas aledañas. En algunos barrios, el apagón duró más de cinco horas, ya que hasta que el viento no empezó a aflojar era imposible levantar los tendidos eléctricos afectados.

Anoche, desde la empresa Edersa anunciaron que continuarían con los trabajos hasta reconectar todos los sectores y aseguraron que el progreso de las tareas dependería de manera directa del clima. “Las condiciones tienen que mejorar para que la gente pueda salir a trabajar, hay que pensar en el operario que tiene que subir a una grúa y lo puede tirar el viento”, explicó Sebastián Busader, del área de comunicación de la distribuidora.

Por otro lado, señaló que las zonas más afectadas por los cortes en el suministro fueron el centro, Almirante Brown, el barrio Del Trabajo y sectores cercanos. Lo primero que se pudo reponer fue el sector que depende del parque industrial y los trabajos en la zona de la Ruta 151, donde hubo varios incendios y los cortes de energía perjudicaron la planta potabilizadora de agua. Como de costumbre, un corte de electricidad dejó sin suministro a la red de agua, aunque se trata de dos empresas de servicios diferentes y ARSA debiera emplear un sistema de emergencia para atenuar el impacto de las complicaciones de la red de energía.

El derrumbe de postes dejó sin luz durante horas a casi todos los barrios. También se frenó el bombeo de agua potable. Hubo numerosos árboles caídos.

Árboles y carteles

Además de los problemas en los servicios, hubo numerosos árboles caídos, paredones que se vinieron abajo o carteles al borde del colapso por las fuertes ráfagas de viento. “No damos abasto”, reconoció uno de los expertos en manejo de emergencias de Protección Ciudadana.

Los pedidos de ayuda llegaban desde diversos puntos y por situaciones muy diferentes, por lo que muchos vecinos tuvieron que esperar hasta que llegaran las cuadrillas.

El problema más común fue la caída de árboles. A diferencia de otros temporales, las ráfagas fueron tan fuertes, rozando los 150 kilómetros por hora, que los viejos ejemplares fueron arrancados de cuajo, con raíces y todo.

En el centro hubo calles cortadas, ya que muchos carteles amenazaban con venirse abajo.