Va siete años preso por un ataque a balazos frente a la Subcomisaría de las 1200
El pistolero disparó con una 9 mm e hirió a un menor gravemente. Admitió su culpa en un juicio abreviado y le incrementaron la pena por sus antecedentes.
El mediodía del lunes 2 de junio una ráfaga de disparos alertó a los policías que se encontraban de guardia en la Subcomisaría 79 ubicada en la esquina de Manuel Estrada y Scalabrini Ortiz, corazón del barrio 1200 Viviendas de Cipolletti.
Al salir los efectivos se encontraron con un adolescente herido de un balazo en una pierna y otro jóven a bordo de una moto 110cc con intenciones escapar. Pero no alcanzó y lo detuvieron. Era David Alexander Romero, alias “Monito”, conocido en el ambiente delictivo y con antecedentes penales, a quien le encontraron entre sus ropas una pistola 9 mm.
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Romero fue imputado por el delito de “lesiones graves agravadas por la utilización de un arma de fuego en concurso ideal con portación de arma de guerra sin autorización”.
Mientras que la víctima, de 16 años, salvó su vida gracias a la intervención de los médicos del hosiptal Moguillansky, dado que el balazo le provocó la fractura del fémur derecho y lesión de la arteria femoral, por lo que requirió de una intervención quirúrgica de urgencia. Fueron heridas calificadas como graves.
Propuesta de juicio abreviado
El acusado estaba cumpliendo una pena de tres años de prisión en suspenso impuesta el 30 de septiembre de 2024 por una causa no precisada. En agosto último la condicionalidad fue revocada por incumplimiento de pautas y fue detenido. Así llegó a la audiencia de control de acusación por la balacera con la intervención del tribunal integrado por Alejandra Berenguer y los Dres. Guillermo Baquero Lazcano y Guillermo Merlo. Pero la instancia viró a Juicio Abreviado pleno consensuado entre el fiscal Martín Pezzeta y la defensora Oficial de Romero, Silvana Ayenao.
El acuerdo establecía sentenciarlo a 4 años de prisión efectiva más la declaración de reincidencia. En cuanto al monto de la pena se destacaban los daños causados, el “contexto del evento” y su “peligrosidad como al conflicto antecedente”, dado que entonces se habló de un enfrentamiento entre dos bandas antagónicas. También se valoró la juventud del acusado y sus antecedentes.
Pero la propuesta incluía endurecer aún más el castigo y unificarlo con las causas anteriores, por lo que le impondrían una pena única de siete años de cárcel más la declaración de reincidencia.
El Monito aceptó el ofrecimiento, con lo quedó asentado que admitía haber disparado. La víctima también dio su consentimiento al acuerdo, lo mismo que su defensora.
El Tribunal aceptó el acuerdo y dictó el fallo en los términos planteados por las partes. Señalaron que la “autoría y su culpabilidad” de Romero había sido corroborada con las pruebas, además de contar con su propia confesión.
En el fallo incluyeron el decomiso del arma incautada utilizada en la agresión, una pistola marca Bersa calibre 9 mm con numeración limada. En tanto que el condenado fue puesto a disposición del Servicio Penitenciario para que determine conde comenzará a cumplir la sentencia.
¿Conflicto entre bandas?
El ataque a balazos ejecutado por el Monito había vuelto a generar tensión en las 1200 no solo que era un hecho que se reiterada, sino que esa vez fue frente a la misma Subcomisaría 79.
Según reconstruyó la investigación, Romero transitaba en moto se encontró con el menor, con quien tenía diferencias previas porque supuestamente integraban bandas antagónicas. Lo enfrentó en la vereda y sacó el arma de entre sus ropas, con la que le disparó a corta distancia en la pierna derecha.
La detonación ya había alertado a los efectivos que se encontraban de guardia y habían salido a verificar qué había sucedido, por lo que alcanzaron a advertir que el motociclista intentaba escapar, por lo que fue inmediatamente detenido.
Los minutos siguientes fueron de desconcierto y conmoción. Varias personas se acercaron al lugar, donde la moto había quedado tirada en suelo, y comenzaron a escucharse insultos y amenazas de represalias, lo que anticipó a los uniformados que se trató de un incidente vinculado a la disputa que mantienen desde hace tiempo dos bandas enemigas.
Por esa razón se convocaron refuerzos, entre ellos efectivos del COER, dado que la agitación iba en aumento y se temía que se produjeran nuevos enfrentamientos.
También se había pedido la intervención del Gabinete de Criminalística, quienes efectuaban los trabajos periciales de rigor en el área donde ocurrió el evento, que había sido acordonada con policías de custodios.
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