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Prófugos: advierten posible ayuda interna en la Subcomisaría 79

El jefe de la unidad indicó que se inició una investigación para determinar posibles responsabilidades. No se explican cómo sortearon dos puertas con cerradura.

La huida de cuatro detenidos de la Subcomisaría 79 del barrio 1200 Viviendas tiene puntos oscuros y genera múltiples suspicacias respecto a cómo lograron sortear las medidas de seguridad y no ser vistos por los efectivos que estaban de guardia en la unidad.

El propio jefe de la dependencia, subcomisario Patricio Mussari González, señaló sus dudas respecto a la mecánica de la evasión y deslizó sospechas hacia el mismo personal a su cargo.

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Explicó que en primer lugar los cuatro presos destruyeron un candado de gran tamaño de una de las puertas de reja del calabozo, y que luego lograron abrir otras dos puertas de reja, que les permitió llegar hasta el patio, desde donde luego saltaron hacia la calle.

Las sospechas de posible ayuda interna

Mussari González indicó que buscan establecer como pudieron “sortear” ambas puertas que cuentan con cerraduras, las que al parecer no fueron violentadas. Por ese motivo sostuvo que iniciaron una causa judicial por el presunto delito de “favorecimiento de evasión” que tiene en la mira “al policía responsable de la custodia de esos hombres”.

“Es llamativo que, habiendo cerradura con llaves, estos tipos se esfumaron”, expresó en declaraciones radiales.

Insistió en el mismo sentido que “el candado lo rompieron, pero el tema es como pudieron sortear las otras medidas de seguridad que estaban implementadas”.

Frente a esos interrogantes, dijo que se tomó la determinación desde la unidad de “iniciar una actuación judicial para verificar que el que tenía que custodiarlo, que hizo y que no hizo para evitar este hecho”.

El condenado ya había intentado escapar

La ausencia de los sujetos la advirtieron alrededor de las 22, cuando el personal cuartelero realizó la ronda nocturna.

Se trata de Axel Malcon Sepúlveda, de alrededor de 25 años, imputado por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa”. Le habían impuesto cuatro meses de prisión preventiva.

Braian Andrés Vargas, 23 años, detenido por “robo en grado de tentativa, violacion de domicilio y daños”. Provenía de la Comisaría 26 de Fernández Oro y también le habían dado cuatro meses de preventiva.

José Miguel Ríos Zapata, extranjero, detenido POR Tentativa de robo en poblado y en banda, con cuatro meses de preventiva.

Marcos Edgardo Figueroa, 32 años, oriundo de El Bolsón, condenado por tentativa de robo en flagrancia. Está a disposición del Juzgado de Ejecución Penal 8. La pena impuesta vence en abril de 2025.

Este último sujeto ya había intentado escaparse hace pocos meses atrás.

Mussari González recordó que en esa ocasión empujó al cuartelero y salió corriendo. Si bien logró llegar a la parte externa de la unidad, fue reducido de manera inmediata.

Un vecino alertó la fuga

Los policías fueron advertidos por un vecino que algo estaba pasando en la dependencia ubicada en las 1200.

Dijo que pasaba por el lugar y vio cuando dos sujetos saltaban el paredón del edificio, que se encuentra en la esquina de Manuel Estrada y Scalabrini Ortiz. En el mismo predio se levanta el tanque de agua que alimenta al barrio.

El testigo de inmediato alertó a los uniformados. Todo indica que allí notaron la ausencia de los cuatro detenidos.

Al límite de la capacidad

La Subcomisaría 79 tiene tres calabozos y hasta la noche del miércoles había dos presos en cada uno. “Estamos al límite”, destacó el jefe policial en referencia a la capacidad física de la unidad.

Aclaró también que mientras cuatro escaparon, dos de los detenidos optaron por quedarse tras las rejas. Uno de ellos cumple una condena de 9 años.

En esa misma dependencia ocurrieron otros hechos graves, como cuando se produjo el suicidio un joven que estaba detenido. Lo encontraron ahorcado con un pullover de su propiedad. Ocurrió en agosto de 2014.

A principios de este año la justicia condenó al Estado rionegrino a pagar poco más de 350 mil pesos al padre del muchacho, quien inició una demanda por una demanda por daños y perjuicios.

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