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Pibes cipoleños de AFA no paran de entrenar en casa

Los sueños de triunfar en el fútbol grande siguen intactos a pesar de las dificultades que impone la cuarentena.

En los últimos años han sido varios los cipoleños que emigraron a Buenos Aires para continuar su formación deportiva en los clubes de AFA.

Hoy, a la distancia y transitando un estricto aislamiento social, cada uno sigue las indicaciones de sus cuerpos técnicos para no alejarse de las rutinas estipuladas, aferrados a una gran herramienta como las videollamadas y otras cuestiones tecnológicas.

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Mientras se especula con diferentes escenarios para un posible regreso, hasta con la chance cierta de que todo sea sin público por un tiempo bastante importante, siguen ejercicios físicos y tácticos a la distancia para no perder "tanto" ritmo. Los mellizos Tiago y Valentino Simoni juegan en Boca, club que los liberó al momento de decretarse la cuarentena para que la superen en familia. "La rutina es intensa, tenemos muchos trabajos físicos y también tácticos. Lo hago con mi hermano todas las mañanas, de lunes a sábado. Hablamos siempre con todo el cuerpo técnico, estamos comunicados y les pasamos videos entrenando y ellos mantienen una lista de quiénes son los que entrenan", afirmó Valentino, también aliado a los juegos de Play y de mesa para sobrellevar el aislamiento. "Tengo muchas ganas de volver a Buenos Aires a jugar al fútbol", aseguró.

Nehuén García, hijo del ex delantero de la institución albinegra Fabián "Galleta" García, actualmente está en la cuarta de Independiente y el año pasado llegó a jugar en la reserva del Rojo de Avellaneda a pocos meses de haber llegado desde la primera local de Cipo, tras su debut en el torneo Federal A.

El zurdo lateral destacó la importancia de la tecnología para seguir en contacto con sus entrenadores y compañeros, y describió su día a día. "Los profes nos mandaron un archivo PDF con toda la semana planificada. Trabajamos tres días de piernas y los otros dos días la parte de arriba. Cada uno lo hace con lo que tiene en la casa. A las 9 tenemos una videoconferencia donde participamos los jugadores de la división, el preparador físico y dos técnicos", dijo.

Además, al término de la misma les brindan una charla táctica que se suma a un ejercicio muy particular. "Nos dieron a elegir un equipo de la Superliga para analizar cómo juega y luego cada uno expone sus conceptos", comentó.

Pese a todo, también queda tiempo para seguir aprendiendo a cocinar en casa.

Inferiores y la educación

La posible vuelta del fútbol argentino va por caminos paralelos, una cosa será lo que suceda en primera y otra en las inferiores.

Con la decisión tajante del presidente de la Nación de no apurar el retorno del ciclo lectivo, todo hace indicar que los adolescentes y jóvenes que juegan al fútbol deberán esperar un buen tiempo para volver a correr tras la pelota.

Pese a que la inversión de los grandes es muy importante en sus formativas, los bloques de inferiores no tienen las urgencias económicas que invaden a la primera división.

Es por eso que todos los chicos de la región mantienen como pueden las ganas de entrenarse para esperar el día de volver a pisar el club.

Una prueba más de fortaleza mental que seguro marcará el camino de formación en todos ellos. Sobre todo los que tienen su lugar en los grandes de Buenos Aires saben que no se pueden relajar y, en caso de presentarse fuera de forma, puede significar quedar afuera de todo.

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