Murió Julieta Vinaya sin saber quién asesinó a su hijo

Julieta Vinaya murió ayer sin saber quién o quiénes fueron los asesinos de su hijo, Atahualpa Martínez. Abatida por el dolor y el desgaste a la que la sometió toda la investigación, con su permanente peregrinar por la Justicia y los pasillos oficiales del gobierno, la mujer declaró en una oportunidad que no sabía si alguna vez iba a saber la verdad.

Atahualpa murió el 15 de junio de 2008. Ese día había concurrido al pub Miloca, en Viedma, junto con un amigo, Juan Pablo Guachinchail, quien se separó de él por unos minutos para ir al baño. Cuando volvió a buscar a Atahualpa, con quien pensaban ir a comer una pizza, ya no lo encontró.

Su cuerpo apareció al día siguiente en un descampado, a 5 kilómetros, asesinado por la espalda con un arma calibre 22. Los dos patovicas y los dos policías que estaban en la puerta del boliche dijeron que no lo vieron salir, a pesar de que medía un metro ochenta centímetros y pesaba 100 kilos.

El caso fue a juicio oral en el 2014, con tres imputados civiles, dos hombres y una mujer, que fueron absueltos “por falta de pruebas”.

El informe que fue aprobado por unanimidad por el parlamento provincial expresa que “con espanto constatamos una continuidad de irregularidades, impericia o impotencia, desde el primer momento en que se encuentra el cuerpo y se contamina el lugar, seguido por la ausencia de medidas periciales”.

La Legislatura solicitó que se intensifique la investigación retomando hipótesis que fueron descartadas y mediante la realización de nuevas pericias. Además, en todo momento señala las graves fallas que tuvo la investigación policial y judicial.

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FUENTE: ADN