Lila Calderón contra los fiscales por exponerla a las balas

"Es lo que corresponde, denunciar. Los fiscales me llamaron para interceder en la negociación, y terminé lesionada. Nunca me imaginé que iban a reprimir", sostuvo Lila Calderón, dirigente barrial del Obrero.

Ocurrió el sábado por la madrugada, cuando se desataron los graves incidentes en una chacra privada que está detrás del Barrio Obrero.

A Lila la llamaron dos fiscales para que dialogue con la gente que había usurpado la propiedad, y con su dueño. Pero al llegar, fue sorprendida por una represión policial. "A mi me pegaron tres balines de goma en una pierna", afirmó. Su hija menor de edad sufrió una crisis de nervios por la que también responsabiliza a los funcionarios que le pidieron colaboración. Y su nieto, agregó, sufrió las consecuencias del gas pimienta en la cara.

Por ello este lunes se encaminaba a radicar una denuncia. "Los fiscales me expusieron, en lugar de resguardar mi integridad física, la de mi hija y mi nieto", reiteró.

Tras la toma que la Policía logró desarticular, el predio quedó fuertemente custodiado por varios efectivos. También se colocaron vallas para impedir otro intento.

Los ocupantes se habían organizado a través de WhatsApp. Un mensaje circuló por todos lados, en el que instigaban a tomar un terreno ubicado sobre la calle Naciones Unidas y 15 Bis, cerca de un motel temático. Incluso el mensaje llegó a manos de la Policía, que intervino de inmediato.

Eran cerca de 60 personas, en su mayoría jóvenes, con quienes se intentó dialogar. Pero como la vía del diálogo fracasó, la Policía los sacó a la fuerza. Los efectivos utilizaron postas de goma y gases lacrimógenos, mientras lo ocupantes arrojaban piedras. "Fue une represión terrible", denunció Calderón.

La directora del hospital de Pedro Moguillansky, Claudia Muñoz, contó en su momento que asistieron a diez personas luego de los incidentes, la gran mayoría por irritación en las vías áreas producto de la inhalación de los gases lacrimógenos.