En la telaraña de las viudas negras cayeron 22 víctimas
La investigación la realizó la Fiscalía Temática 5 de Cipolletti, que sacó a la luz el modus operandi de la banda. Durante el COVID arrasaron.
Alicia Godoy fue condenada el viernes a ocho años de prisión y su compañera de aventuras y líder de la banda, Mariela del Carmen Muñoz, continúa prófuga, junto con su pareja y su padre, que eran parte de la organización criminal, en la que habían involucrado a dos adolescentes, de 15 y 17 años.
A las viudas negras se les comprobaron 16 hechos con 22 víctimas oriundas de Contralmirante Cordero, Cinco Saltos, Cipolletti, Centenario, Neuquén y Fernández Oro. Es decir, arrasaron la región.
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Pero habría alrededor de 50 golpes más, según pudo saber LMN. “Los damnificados reportaron lo ocurrido, pero se negaron a denunciar para evitar problemas familiares y laborales porque, literalmente, las mujeres después de drogarlos los desvalijaban”, confió una fuente del caso a este medio.
Buen ojo
Las denuncias comenzaron a llegar a la Policía rionegrina y las derivaban al Ministerio Público Fiscal porque se trataba de hechos aislados. Pero la Unidad Fiscal Temática 5, a cargo de Gustavo Herrera, comenzó a notar ciertos patrones, por lo que resolvió unificar las causas para analizarlas.
Herrera dispuso un equipo de trabajo integrado por el agente fiscal Matías Stiep y el jefe de división Demian Bilbao.
Fue así que, a medida que aparecían otros hechos, iban develando el modus operandi de las viudas negras, que previo a la pandemia tenían un accionar, pero a partir del DNU del 20 de marzo de 2020 que ordenó el confinamiento sanitario, implementaron una nueva modalidad.
Incluso, el COVID-19 les generó una mayor cantidad de “clientes”.
Cinco de los golpes fueron previos al aislamiento, los once restantes ocurrieron en la fase más crítica de la pandemia, cuando para circular por la calle se requería certificado de trabajador esencial y la Policía montaba operativos con detenciones a los que infringieran el DNU.
Del análisis surgió que cualquier hombre podía ser víctima. De hecho, quienes cayeron en su telaraña tenían entre 19 y 78 años, pero luego se centraron especialmente en el grupo de adultos mayores de 40.
Casino, boliche y dedo
Previo a la pandemia, la estrategia de la banda estaba centrada en seducir a las víctimas en lugares muy puntuales. Fue así que a uno lo captaron en el Casino de Cipolletti, a otro en la confitería Roca de Cinco Saltos y finalmente a un tercero en el boliche Faraón de Cipolletti.
Luego hubo dos casos más donde a sus presas les hicieron morder el anzuelo haciendo dedo en el tercer puente y en la rotonda de Cipolletti.
En estos casos, previos a la pandemia, las mujeres eran hábiles para entrar rápidamente en el juego de la seducción y proponer tomar algo o parar en la ruta a comprar unas latas de cerveza. En la bebida, con mucho ingenio, les introducían psicotrópicos ya molidos en cantidades importantes. Usaban Rivotril de 2 miligramos, que a una persona que no está acostumbrada o bajo algún tipo de tratamiento en poco más de 30 minutos la deja totalmente desvanecida e indefensa.
Hubo un camionero al que, una vez que frenó, cayeron los cómplices en una camioneta y le robaron toda la carga de verduras.
Pero en el caso de las víctimas que las llevaban a su domicilio creyendo que pasarían una fogosa noche de sexo, terminaban desvanecidas y les saqueaban la casa: se llevaban ropa, televisores, herramientas, valijas, además del dinero y tecnología que encontraban. Eran viudas negras muy rapaces.
Peores que el COVID
Pese a la pandemia y las restricciones a la circulación, las viudas resolvieron buscarle la vuelta a su medio de vida. En Facebook encontraron la alternativa perfecta, allí habría mucho hombre solo, aburrido y ansioso de compañía.
Fue así que armaron perfiles truchos con fotos de adolescentes vinculadas a la familia y muy atractivas.
De esa manera hacían el contacto, mantenían chats bastante hot y así obtenían la información necesaria de su presa.
El resto para las viudas era pan comido. Planificaban algún lugar donde reunirse y de ahí les proponían ir a su casa, donde tomaban algo y en algún momento de distracción les metían droga en la bebida. Luego los llevaban a la habitación, donde había un jugueteo previo hasta que el hombre quedaba totalmente desparramado y dormido. Luego, lo de costumbre: aparecía la camioneta de los cómplices y se llevaban todo.
Cuantificar el monto de lo robado sería casi imposible, es una cifra millonaria.
El fiscal Herrera pidió algunos informes bioquímicos y ahí fue que descubrieron que las delincuentes utilizaban una droga perteneciente al género de las benzodiacepinas, que según lo explicado por los especialistas, logra la inconsciencia de la víctima y anular su voluntad. En algunos casos, podrían haber matado a la víctima porque la dosis era muy elevada.
Caída, fuga y condena
La fiscalía reunió, además de los testimonios y las pericias bioquímicas, videos de cámaras de seguridad y, una vez establecida la identidad de las viudas, se procedió a su detención.
Alicia Godoy y Mariela del Carmen Muñoz fueron acusadas por varias figuras: robo, robo agravado por la participación de una menor, robo de mercadería en tránsito, en desploblado, en poblado y en banda.
Alicia Godoy permaneció con preventiva, pero Mariela Muñoz, que es muy astuta, pidió la domiciliaria porque estaba embarazada. Le otorgaron el beneficio, pero en la casa tomaba unas píldoras para que se le hincharan las piernas entonces la autorizaban a sacarse la tobillera electrónica, que se la ponía a una cómplice y salía a seguir haciendo de las suya.
Su fuga se concretó a fines de enero cuando estaba con domiciliaria en las 1200 Viviendas de Cipolletti y dejó la pulsera dentro de una mamadera.
El viernes, cuando se concretó la determinación de pena, solo Alicia Godoy supo que le dictaron una pena de 8 años de prisión. En tanto, la Policía rionegrina continúa buscando a Muñoz, su pareja y su padre.
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