El Pellegrini neuquino se celebró en Fernández Oro
Ibáñez, jockey de Areco Run, es oriundo de la ciudad rionegrina.
"Yo empecé a andar con los caballos gracias a mi viejo que me dio la oportunidad de conocer al cuidador Vicente Anrada. Gracias a él soy lo que soy", comienza contando Roberto Ibáñez, el jockey que se quedó con el Gran Premio Carlos Pellegrini en el hipódromo de Neuquén que desde los 11 años incursiona en el mundo del turf. Ese entusiasmo heredado por su papá Daniel continúa vigente 16 años después y logró el trofeo más importante con 27 años ya cumplidos.
"Es una pasión que llevo en la sangre y que gracias a Dios se convirtió en mi trabajo", dice mientras aún no toma real conciencia de haber sido el vencedor el último domingo. "La verdad todavía no caigo, pero era mi sueño ganar un Pellegrini".
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Sin embargo, el premio obtenido junto a Areco Run tiene un destinatario definido, su padre. "La persona que me hubiera gustado que esté presente, pero que por cosas de la vida ya no lo tengo conmigo", conmemoró, en honor a la confianza que siempre le tuvo, desde sus inicios en la actividad.
Imposible olvidarse del caballo a quien llenó de elogios después de haber hecho historia en el barrio Canal V de Neuquén ante más de 5000 espectadores. "Areco es un crack. Hace todo solo y él me enseña a mí", destacó Roberto que, con un tiempo final de 1 minuto, 37 segundos y 20/100 se llevó el triunfo.
Esa comunión entre el jockey, el caballo y su dueño es clave para lograr resultados tan importantes y el orense brinda mayores detalles de cómo se llegó a este título. "La relación entre el cuidador del caballo y yo es fundamental porque hace años que lo vengo montando. Estoy muy agradecido a Vicente porque él me brinda su confianza y sus caballos", expresó.
Parte del premio económico que brinda este tipo de eventos irá al bolsillo de Roberto que tiene en mente dónde destinarlo, su propia casa y el fin de año feliz que se les viene.
Estas horas de reconocimiento y alegría no lo han llevado a pensar más allá. Teniendo en cuenta la cercanía del trofeo, Roberto está relajado. "Soñar no cuesta nada. No me puse a pensar cuál será mi próxima meta. Lo que tengo claro es que quiero seguir triunfando y aprendiendo", concluyó.
Ibáñez montado a Areco Run, con el que ganó el Pellegrini.
“Me gustaría que mi hijo corra”
Tomás Ibáñez tiene 4 años y es el único hijo que su papá Roberto tiene junto con Daniela.
Por el relato del reciente ganador del premio Carlos Pellegrini, el niño también es un apasionado de los caballos y por eso cada vez que la rutina lo permite lo lleva al stud para poder generar ese contacto y tener al turf como una opción de deporte.
“Su caballo favorito se llama Felipito. Me gustaría que siga mis pasos, aunque ahora lo principal es el estudio. Primero que estudie y que decida él lo que le gusta porque este trabajo te tiene que gustar mucho”, aseguró un apasionado del turf como él que empezó a meterse en este mundo por legado de su papá Daniel, fallecido hace algunos años.
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