De Cipolletti a la selección, a pesar de las barreras
Martín padece una disminución visual que lo motivó a vencer todas las trabas.
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En diálogo con LM Cipolletti, agradeció a Luis y Carlos, sus profesores de natación, por todo el acompañamiento que le brindaron. Y dedicó un párrafo aparte a Víctor Aubert, referente de la Asociación Civil Patagónica de Síndrome de Down (Apasido). "Él fue quien me inició en esto", contó Martín.
La posibilidad de concentrar en el Cenard llegó en ocasión de participar de los Juegos Nacionales Evita 2015 para discapacitados, competencia que tuvo lugar en Mar del Plata, del 5 al 10 de octubre.
Después de un calentamiento, recordó que lo llamó Marion, una de las entrenadoras de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (Fadec). Le pidió si podía nadar 25 metros en cada estilo y, al observar su rendimiento, le manifestó que tenía buena técnica. Entonces, Martín no tenía idea quién era. Lo supo luego, cuando lo citaron para entrenar en la Ciudad de Buenos Aires. Nunca antes había llegado tan lejos.
Su primera incursión en el deporte fue el taekwondo, que lo practica hace seis años. Y no lo olvida porque esta disciplina le abrió la puerta para hacer otras cosas. "Gracias a la inclusión de personas con discapacidad en el deporte, puedo hacer algo que me hace bien y me llena bastante", manifestó el adolescente.
En 2015 participó de la instancia nacional de los Juegos Evita, con muy buenos resultados: salió primero en lanzamiento de bala y segundo en carrera de 100 metros. Este año quiso volver a zambullirse en una pileta, como acostumbró de chico. "Pude encontrarle el gusto nuevamente", dijo.
Antes del viaje al Cenard, reconoció que la ansiedad lo embargaba. "Son más nervios que otra cosa lo que siento, porque son muy exigentes los entrenamientos", aseveró.
Aunque en el viaje lo acompaña uno de sus profesores, a la concentración tiene que ir solo. Luego está su familia, que lo banca a muerte. "Están muy contentos de que haya llegado tan lejos", concluyó Martín.
Brilla en el deporte, pero piensa en el aula: quiere ser médico forense
Martín Dieguez no sólo busca superarse a través del deporte, donde se destaca a nivel nacional. A pesar de su corta edad, tiene claro lo que quiere estudiar y en qué desempeñarse cuando salga de las aulas para ingresar al mundo laboral. Ya cursa tercer año en el CEM 35 y seguirá la orientación en Ciencias Naturales y Exactas para estar más preparado cuando dé el salto hacia la universidad.
"Voy a seguir Medicina y luego una especialidad para ser médico forense", aseguró el joven, quien al parecer no deja nada librado al azar.
Su vocación no nace por impulso o por seguir un "mandato" familiar, es ciento por ciento una elección personal. "Desde chico que me gusta la medicina", afirmó. Lo más parecido en su entorno a la vocación que persigue es un tío licenciado en Enfermería.
"Puedo llegar lejos nadando, pero no voy a priorizar el deporte antes que mi futuro como médico", confesó con una firmeza poco habitual para su edad Martín, un adolescente acostumbrado a fijarse metas y trabajar para superar cualquier obstáculo.
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