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Consiguen la medicación para el cipoleño que sufrió el síndrome tras ser vacunado

Salud Pública de Viedma se hizo cargo del tratamiento. "Seguimos reclamando que PAMI no se está haciendo cargo de la situación de mi papá", dijo la hija

El hombre de 77 años, oriundo de Cipolletti, que fue diagnosticado con el síndrome de Guillain Barre tras ser vacunado contra el coronavirus, ya está recibiendo la medicación para poder tratarse gracias a un gestión de Salud Pública de Viedma, según informó a LM Neuquén Marcela, su hija.

"De todas maneras seguimos reclamando que PAMI no se está haciendo cargo de la situación de mi papá", afirmó la mujer y explicó que el paciente contrajo la enfermedad a partir de haberse vacunado contra el Covid-19. "Es uno en un millón. Y ese uno, fue mi papá", aseguró Marcela.

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El hombre de Cipolletti recibió el 7 de abril la primera dosis de la vacuna Sputnik V. Dos días después comenzó con una gripe fuerte, que lo dejó en cama una semana. Presentó mucha tos y mucosidad, pero "nada grave". Ya el 19 del mismo mes, la esposa "lo notó rojo" y, al tomarle la presión, se dieron cuenta que la tenía elevada.

Al día siguiente, martes 20 de abril, fueron al médico. Ya le costaba caminar y tenía pequeños temblores. Lo mandaron a hacer un análisis completo y una resonancia. Para ese viernes 23, "ya casi no podía caminar".

"Ahí comenzó la tortura de los turnos. Por PAMI nadie me atendía y se dilataba la asistencia. Tuve que sacar un médico privado en Neuquén, en el Santa Mónica, y pagarlo de nuestro bolsillo", aseguró su hija.

Al verlo el médico, se dio cuenta de que era un ACV. El párpado lo tenía caído y el resultado de la resonancia lo evidenciaba. Lo que le llamó la atención al personal de salud era que tenía problemas para caminar en las dos piernas lo que era raro, ya que los ACV atacan solo una parte del cuerpo. "Es por eso que lo mandan a hacer una pulsión y ahí es la primera vez que nos dicen que podría ser el síndrome de Guillain Barre", agregó.

El cuadro del hombre se empezó a complicar. Ya no podía tragar y por ende comer, ni tampoco mantenerse de pie. "Ahí me dicen que llame al 107 y nadie me atendió. Después probé con el 109 y me pasaron con el médico de guardia. Ahí le dije la situación y el me respondió que lo llevé al hospital de Cipolletti que no había lugar, pero que lo dejaban en la guardia", contó la hija y reprodujo lo mismo que el médico le dijo en esa llamada: "Más allá de que hay riesgo de que tu papá se contagie de COVID, por lo menos no se morir en tu casa".

Llamaron a la ambulancia y el lunes 3 de mayo, pasadas las 16:30 lo ingresaron en el nosocomio cipoleño. Recién a la 21:30 lo pudieron dar una respuesta a su hija: "Me dijeron que ya le habían hecho la pulsión y que le había dado positivo al síndrome Guillain Barre. Ahí me explicaron que era uno de los efectos colaterales de la vacuna, que pasa una en un millón".

Al cipoleño le tenían que dar una medicación que "vale entre 3 y 4 millones de pesos", que se llama inmunoglobulina humana (20 gramos). "El hospital me dijo que no tenía ese medicamento, que se tenía que hacer cargo la obra social, que la de mi papá es PAMI. Pero nunca respondieron", dijo. El miércoles 5 de mayo, con los papeles necesarios, se acercó hasta la oficina de la prestadora a pedir personalmente la medicación.

"Me atendieron desde una ventana, de muy mala forma. Y me dijeron que eso lo debía pedir el hospital. Y cuando volví al hospital me dijeron que con lo que vale ese medicamento ellos tenían que mantener una semana. Yo entiendo a todos, pero mi viejo se está muriendo y necesita esa droga", explicó.

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