Con las camas para gatos de Abigail, chau a los sillones rotos
Una joven construyó un prototipo para la mascota de la abuela porque le destruía los muebles a arañazos. Resultó tan efectiva que comenzó a fabricar para vender. Ahora es un éxito.
Las personas que aman a los gatos saben lo que es tener sillones o sillas rotas producto de los arañazos del minino. Es una conducta natural del animal, que responde a la necesidad de afilar sus uñas, estirar su musculatura y dejar su olor para marcar el territorio, según varios sitios de internet que se refieren al tema.
Ese problema lo estaba padeciendo una vecina que adoptó un gatito adorable, pero que además de ronronear pronto comenzó a marcar los muebles con sus pequeñas pero filosas garras.
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La cosa se estaba poniendo seria y necesitaba una solución para no forzar un desalojo. Entonces una nieta de la ama de la mascota propuso construirle una cama, como las que había observado en otras casas.
Así se puso a construir un prototipo para el michi de la abuela. Ni bien lo tuvo terminado se lo llevó, y lo sorprendente fue la rapidez con que adoptó su propio lecho, lo mismo que el “rascador”, que es una superficie más rústica donde el felino puede frotar su cuerpo y ejercitar los rasguños.
“Automáticamente el gatito se subió a la cama y desde ahí duerme siempre en ella. Se la apropió”, resaltó Abigail Almendra, la joven responsable de la obra.
Pero el buen resultado que había dado ese primer trabajo la alentó a fabricar otra y después otra y otras, hasta que se decidió a iniciar un pequeño emprendimiento productivo, que bautizó Rame Michifuss.
Abigail suele montar un puesto en la Feria de la Economía Social municipal que recorre distintos espacios de la ciudad. Allí muestra los distintos modelos que elabora en el taller que instaló en su casa. No solo crea los diseñado por ella misma, sino que también otros por pedido, ya que hay mascoteros que tienen más de un ejemplar y requieren albergue para todos.
La joven destacó que son artículos que tienen no poca demanda porque se valora su utilidad para evitar los daños al mobiliario.
Además “es un mimo para los animales”, resaltó la emprendedora.
Una labor artesanal
Todo lo aprendió sola. Iniciativa, prueba y error, hasta llegar a los resultados buscados. La labor constructiva, totalmente artesanal, la desarrolla en su casa, donde armó un taller. Para la fabricación utiliza madera, cartón, distintos tipos de género, hilo sisal y tubos de cartón -los que se usan para envolver la tela- entre otros materiales.
Cuando el trabajo requiere algo más de fuerza, interviene su hermano, quien le da una mano cuando hay que emplear el serrucho o ajustar los tornillos que sostienen las estructuras. En cuanto a los precios, arrancan en $2.500.
Para consultas https://www.instagram.com/rame.michifuss/.
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