El Ejecutivo municipal decidió no prorrogar la emergencia económica
El intendente Rodrigo Buteler anunció que no se prorrogará la emergencia económica, aunque se mantendrá la política de austeridad y de control del gasto.
Merced a una efectiva política de control del gasto y de austeridad, el Municipio terminará el año con sus cuentas en orden y con superávit, por lo que el intendente Rodrigo Buteler tomó la decisión de no prorrogar la emergencia económica, financiera y fiscal una vez que llegue a su término, previsto para fines de diciembre.
El 20 de diciembre de 2023 el Concejo Deliberante aprobó y convirtió en ordenanza el proyecto del Ejecutivo municipal de implementar la emergencia por un período de 12 meses, con posibilidad de extenderlo por el mismo lapso previa comunicación a los ediles, que deberían autorizar la medida.
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Sin embargo, el intendente Buteler ha evaluado que no corresponde hacer uso de la prórroga, con lo que la disposición caducará cuando se cumpla el plazo de vigencia ya previsto.
Como las ordenanzas entran a regir desde el momento de su publicación en el Boletín Oficial, el final de la emergencia operará el 27 de diciembre próximo, al cumplirse el año desde que fuera publicada.
En declaraciones a LMCipolletti, el jefe comunal recordó que “cuando asumimos la economía de la Municipalidad no era buena, veníamos con un déficit, el balance se había cerrado de manera negativa y la macroeconomía tampoco era buena”, por lo que el Ejecutivo cipoleño le envió al Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza de la emergencia, en el que se incluía la posibilidad de la prórroga.
Todo se hizo “en función de que teníamos un gran problema económico y financiero”, enfatizó.
La austeridad y la capacidad de ahorrar
Indicó que durante 2024 “gracias a las herramientas que nos dio la emergencia económica y una política de mucha austeridad, logramos equilibrar las cuentas, lo que quiere decir que tenemos superávit, tenemos capacidad de ahorro y tenemos un equilibrio entre lo que ingresa todos los meses y lo que gastamos en salarios, que no supera nunca el 50-53 por ciento” de los egresos de la comuna.
De esta manera, el equilibro así conseguido “nos permite hoy tener la posibilidad como Ejecutivo de no hacer uso de la opción de la prórroga”.
Expresó que “aun así seguimos preocupados”, por lo que 2025 “será un año de mucha austeridad, de mucho control del gasto, porque, que estemos equilibrados, no quiere decir que no estemos preocupados por la baja en la coparticipación que vemos mes a mes”.
Política de eficiencia y control del gasto
Obviamente, tal reducción en los ingresos “nos perjudica económicamente”, aunque “ya no amerita una emergencia económica en términos de medida. Sí amerita seguir con una política de mucha austeridad, de mucha eficiencia del gasto, de mucho control, de mucha concentración en las compras por parte del intendente, una política de no tomar más empleados, de seguir reduciendo un poco el gasto corriente, en función de seguir con el equilibrio porque la coparticipación sigue bajando”.
Buteler precisó que “en términos reales, no nominales, perdimos en el año un 25 por ciento, que es una fortuna de plata hoy, claramente”.
En ese marco, puso de relieve el reciente acuerdo salarial alcanzado en las paritarias, ya que el Municipio, pese a todo, pudo pautar un aumento de 6,5%, a efectivizar de una sola vez con los sueldos de noviembre, además de terminar el blanqueo de las sumas no remunerativas, dos tercios de las cuales se incorporarán a los básicos en diciembre y el tercio restante en enero, con lo que 2025 arrancará, en la práctica, sin montos en negro.
Junto con sus efectos formales y contributivos, el blanqueo impactará en los salarios agregándoles un 2% de incremento extra. Un aliciente más para los trabajadores, en la difícil encrucijada económico-social que atraviesa el país.
Las razones de la ordenanza
Se recordará que la implementación de la emergencia se decidió por una serie de factores derivados, principalmente, del impacto que tuvo la crisis inflacionaria el año pasado, con un desfasaje muy perjudicial en las cuentas de la comuna.
A su vez, se tomó en consideración que el nuevo gobierno nacional, asumido en diciembre como el cipoleño, adoptó una normativa que modificó la distribución impositiva hacia las provincias, golpeando las arcas fiscales de la ciudad.
Ya por ese entonces, según el texto de la ordenanza, se sabía que los cambios introducidos por Nación iban a alterar negativamente en la masa coparticipable de la Provincia y que, con ello, se reducirían proporcionalmente los recursos que por esa vía ingresaran al tesoro municipal.
Servicios esenciales y salarios de los empleados
Se veía así con alarma el serio peligro que correría el Municipio de no poder afrontar los gastos corrientes y no poder brindar los servicios esenciales ni cumplir tampoco con las obligaciones salariales.
Por ello, se dotó al Ejecutivo municipal de las herramientas administrativas necesarias que le permitieran garantizar el uso más eficiente de los recursos, priorizando la efectiva prestación de los servicios comunales y evitando el desequilibrio de la economía municipal ante el desfinanciamiento del tesoro que podía consumarse.
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