Van a juicio por venganza narco en la 2 de Febrero

Un intenso trabajo encabezado por los integrantes del Ministerio Público Fiscal de Cipolletti permitirá juzgar a los principales sospechosos de ejecutar a tiros a un adolescente en la toma 2 de Febrero. Se especula que el hecho se derivó del arrebato de una pequeña cantidad de droga.

El debate se había programado para la presente jornada pero debido a la excusación de un juez se suspendió y se deberá fijar una nueva fecha. Se trata de un proceso complejo y que tiene previstas varias audiencias, con el paso de testigos claves y peritos.

El principal acusado es Mario Andrés Beroiza, quien permanece preso. Asimismo, hay otros cuatro imputados y que, en el juicio, se determinará si participaron en forma directa en el brutal asesinato de José Ortiz, de solo 17 años.

En un primer momento, los sospechosos del crimen se encargaron de desviar la investigación y la fiscalía avanzó con una hipótesis distinta, que apuntaba a un ataque a balazos por celos. En ese marco, se concretó la detención de un hombre apodado “Chocolate”.

Sin embargo, los elementos reunidos en las pesquisas estaban muy lejos de apuntar al detenido ni tampoco se podía sostener la especulación de una venganza sentimental. Finalmente, la jueza Alejandra Berenguer determinó el total sobreseimiento del único sospechoso. La novedad no cayó nada bien en la familia y los amigos del menor, e insistieron en su reclamo de justicia.

De inmediato, la fiscalía empezó a reunir otras pruebas y se concentró en un testigo de identidad reservada. Según fuentes allegadas a la causa, se pudo determinar que todo se habría originado en el arrebato de una escasa cantidad de droga (se desconoce si fue una tiza de cocaína o piedras de crack).

El incidente enfureció al narco que estaba a cargo del kiosco de estupefacientes y se inició una virtual caza, que terminó con Ortiz acribillado mortalmente en una acequia.

Una lógica demora por el temor de los testigos

El inminente juicio a los sospechosos de asesinar a sangre fría a José Ortiz estuvo marcado por las lógicas demoras de un hecho ligado al mundo del narcotráfico. No le fue fácil a la fiscalía de Cipolletti dar con testigos de lo sucedido, principalmente por el temor de las personas a ser víctimas de represalias.

Se sospecha que Mario Beroiza era quien administraba un kiosco de drogas y que tenía a su servicio los denominados “soldaditos”. Estos habrían sido los encargados de perseguir e interceptar a Ortiz cuando buscaba alejarse con una pequeña cantidad de droga para consumir, explicaron fuentes judiciales.

Algunas personas del asentamiento le sugirieron esta hipótesis a los investigadores aunque se decidió avanzar con la sospecha de un asesinato por celos y, finalmente, los jueces intervinientes consideraron que no había pruebas.

Fue así como el fiscal Gustavo Herrera se puso al frente de las pesquisas y consiguió que Beroiza y cuatro presuntos cómplices sean juzgados.

De forma inicial, no hay una fecha fijada para el desarrollo de las audiencias y todo dependerá de encontrar un magistrado para integrar el tribunal. Por tratarse de un hecho antiguo, no se puede hacer un juicio por jurados.

Podrían recibir un castigo a perpetuidad

La fiscalía cipoleña empezó a trabajar en julio de 2016 y recién en los primeros meses de este año, pudo cerrar la investigación y pedir el juicio en contra del grupo de cinco implicados. Por el momento, solo permanece tras las rejas Mario Beroiza y es por otra causa penal.

A los acusados se les atribuye el delito de homicidio agravado, con alevosía y por este motivo, posiblemente haya un pedido de prisión perpetua.

En cuanto a la suspensión del proceso, se conoció a principios de la semana luego de la excusación de un juez.