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Va a juicio por el robo de casi un millón en Pollolín

En agosto se cumplen dos años del audaz golpe. Hay un solo acusado.

Un hombre de apellido Castillo deberá responder por uno de los golpes delictivos más importantes de la región valletana, en la firma Pollolín, donde un grupo de asaltantes logró alzarse con casi un millón de pesos. A casi dos años del hecho, el detenido será juzgado por robo agravado.

Se trata de la única persona que pudo ser identificada y atrapada por la Brigada de Investigaciones de Cipolletti. El miércoles, en la Cámara en lo Criminal Segunda, se concretó la audiencia preliminar donde el Ministerio Público Fiscal propuso el desarrollo de un juicio abreviado. Ante el ofrecimiento, la defensa particular de Castillo, a cargo del abogado Federico Diorio, manifestó su rechazo y por este motivo siguió adelante el proceso, con el ofrecimiento de pruebas y la fijación de la fecha de debate oral.

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Desde la fiscalía, a cargo de Guillermo Merlo, se hizo hincapié en las grabaciones de video cerrado que involucran a Castillo. Asimismo, anticipó la concurrencia de ocho testigos y pruebas destacadas como los informes técnicos elaborados por el Gabinete de Criminalística local, de la Brigada de Investigaciones, informes de la Oficina de Investigación en Telecomunicaciones de la Procuración General y del Registro Nacional de Armas.

Sobre el final del encuentro, el tribunal y las partes acordaron que la apertura del juicio se llevará a cabo el 12 de junio.

Para la parte acusadora, Castillo deberá responder por los delitos de robo agravado por el uso de arma de fuego, cometido en lugar poblado y en banda en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad y con portación de arma de fuego sin la debida autorización legal.

Golpe histórico

Información precisa sobre el dinero

El asalto a la firma cipoleña Pollolín, ubicada sobre calle San Luis, fue protagonizado por una banda de tres asaltantes, que en horas del mediodía del 28 de agosto de 2015, irrumpió en las instalaciones y se apoderaron de una caja donde se encontraba el dinero en efectivo para el pago de adicionales. La suma sustraída llegaba a los 940 mil pesos.

Los delincuentes casi no emplearon violencia y se limitaron a reducir al personal de seguridad. De igual modo, llamó la atención de los investigadores la información precisa que manejaban sobre el dinero y la empresa.

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