La denunciante se reunió con la jueza, fue notificada de la medida y tomó con agrado la forma de resolver el conflicto.
Según se informó, los alimentos serán destinados a un comedor infantil de un barrio de escasos recursos de Cipolletti, al que el hombre se comprometió a asistir todos los martes a realizar trabajos bajo la supervisión de una trabajadora social. La magistrada fijó un plazo de tres meses.
Al momento de resolver, la jueza dispuso que los alimentos fuesen entregados a una organización que trabaja con niños en barrios de escasos recursos de Cipolletti. Además, deberá realizar las tareas comunitarias que la coordinadora le indique, todos los martes durante 12 semanas.
Pierdominici admitió que estuvo mal, pero aclaró que nunca incurrió en violencia física. “Ya hablé con la jueza y le expliqué que sentía una necesidad de saber qué hacía mi ex pareja porque tenía celos. Nunca quise asustarla ni incomodarla. Entendí que lo que hacía no estaba bien, y que no debía visitarla más ni cruzar por esa calle. Aún tengo sentimientos por ella, un hijo en común, y es difícil terminar con una relación, por lo que voy a comenzar un tratamiento psicológico”, señaló.
12 semanas en las que deberá hacer buena letra
Durante ese tiempo, el condenado, Horacio Pierdominici, deberá realizar trabajos comunitarios en un comedor infantil en un barrio de bajos recursos, por lo menos una vez por semana.
Catarsis por las redes sociales
La meteoróloga Griselda Ostertag expuso lo que estaba padeciendo a través de Facebook. “Yo sufro violencia de género por parte de mi ex esposo, y lo hago público y viral porque no encuentro forma de protegerme a mí y a mis hijos, y a este mundo mío que amo. Siento atentada mi integridad, dignidad y mi libertad como mujer. No puedo reír, no puedo pensar, no puedo vivir porque me anulan, me bloquean, me matan. Esa violencia no me deja sentir, no me deja querer es el sufrimiento más humillante y denigrante”, publicó.