Sebita: el menor condenado por el crimen no irá a la cárcel

El tribunal que presidió el juicio de cesura por el crimen de Sebastián Sapuri valoró el descargo realizado por la defensa y se pronunció en consonancia a sus intereses, no aplicando una pena de prisión al menor declarado responsable del hecho ocurrido en 2017. De esta forma, deberá continuar cumpliendo las pautas de conducta establecidas en su momento y no necesitará el acompañamiento de los integrantes de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF).

Los jueces Marcelo Gómez, Agustina Bagniole y Marcelo Álvarez consideraron válidos los argumentos que desplegaron la defensora de Menores y, también el abogado particular del acusado, Claudio Romero, quienes hicieron hincapié en la condición del imputado cuando tuvo lugar el hecho -menor de edad-, y su posterior ajuste a las normas que le impuso la justicia local. En el fallo, explicaron fuentes allegadas a la causa, se le dio importancia a la rehabilitación del adolescente y que fue confirmada por los representantes de la SENAF durante el desarrollo del juicio de cesura. "Está dado de alta", respondieron a la hora de la consulta sobre su situación, debido a que el joven de 20 años lleva adelante una vida normal, alejada del delito y una evolución muy positiva.

En los alegatos de la cesura, el Ministerio Público Fiscal, a cargo de Martín Pezzetta, insistió en que el menor cumpla una pena de 9 años de prisión efectiva. Durante el proceso anterior, mantuvo una posición similar y había elevado su solicitud hasta los 16 años. Justamente, esto derivó en la posterior impugnación del fallo condenatorio.

El tribunal que dio a conocer hoy su veredicto tuvo muy presente lo resuelto por sus pares con asiento en Viedma y tomó como punto de partida si correspondía aplicar una pena al acusado o absolverlo del castigo. En cambio, cuando el acusado recibió una pena de 6 años, los magistrados no contemplaron alternativas y le impusieron la medida restrictiva de su libertad.

El proceso por el crimen del joven del barrio Anai Mapu, conocido por su apodo de Sebita, atravesó distintas instancias y al principio, se apuntó a otro sospechoso. En noviembre se cumplieron tres años del hecho, que movilizó a familiares y amigos de la víctima y que hicieron varios reclamos de justicia. Ahora y frente al fallo de la presente jornada, la fiscalía tiene la posibilidad de impugnarlo y aguardar la respuesta de otro tribunal.