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Una mujer se atendió con un odontólogo del Alto Valle y terminó con la mandíbula fracturada

Una consulta odontológica por bruxismo terminó con siete dientes menos y la mandíbula fracturada. La Justicia condenó al profesional.

Un fallo del fuero Civil de General Roca expuso un grave caso de mala praxis odontológica que dejó a una mujer con daños irreversibles tras una intervención realizada sin consentimiento informado ni estudios previos. La sentencia ordena al odontólogo y a su aseguradora a indemnizar integralmente a la paciente, reconociendo el daño físico, psicológico y moral ocasionado.

La mujer acudió al consultorio para atender molestias relacionadas con el bruxismo y las muelas de juicio. Según consta en el expediente, el profesional no indicó estudios diagnósticos ni análisis previos, pero le propuso la extracción de una pieza dental. Convencida de que esa intervención aliviaría sus dolores, la paciente aceptó.

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Durante la práctica, recibió anestesia local y el odontólogo inició maniobras que demandaron un esfuerzo desmedido. La paciente comenzó a experimentar serias dificultades respiratorias y un dolor agudo.

El procedimiento terminó con un desprendimiento de parte de la mandíbula inferior y la pérdida de siete piezas dentales.
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El profesional quiso desligarse de la situación, pero la Justicia determinó su responsabilidad.

El profesional quiso desligarse de la situación, pero la Justicia determinó su responsabilidad.

Asistencia de urgencia y secuelas permanentes

Con sangrado activo y en estado crítico, la mujer debió ser atendida de urgencia en otro consultorio odontológico. Dos profesionales lograron estabilizarla, aunque la lesión ya estaba consumada. Posteriormente, la pericia odontológica confirmó la magnitud del daño y la necesidad de un tratamiento prolongado y costoso para intentar recuperar parte de la funcionalidad perdida.

Los informes periciales fueron determinantes para el tribunal, que destacó que las consecuencias físicas derivaron directamente de la mala praxis y que la paciente enfrenta, además, un impacto emocional y psicológico de enorme gravedad.

La defensa del odontólogo y el peso de la prueba

En su descargo, el profesional negó haber realizado la extracción. Alegó que únicamente había indicado medicación y que no confeccionó historia clínica porque no pudo completar el examen inicial. Incluso sostuvo que la cirugía había sido practicada por otros colegas, deslindando responsabilidades.

Sin embargo, la estrategia defensiva se derrumbó frente a los testimonios que confirmaron el estado en que la paciente abandonó el consultorio y las pruebas periciales que demostraron la falta de registro de historia clínica, la ausencia de consentimiento informado y la inexistencia de estudios previos. El tribunal enfatizó que estos elementos eran ineludibles en una intervención quirúrgica y su omisión configuró un accionar negligente y grave.

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La Justicia determinó que el profesional deberá indemnizar a la paciente.

La Justicia determinó que el profesional deberá indemnizar a la paciente.

Una condena ejemplar

La sentencia reconoció de manera expresa el daño físico, psicológico y moral sufrido por la mujer. El fuero Civil determinó que el accionar del odontólogo vulneró las normas de la buena praxis y condenó tanto al profesional como a su aseguradora a abonar una indemnización integral.

El fallo remarca que la ausencia de historia clínica y de consentimiento informado no solo es un incumplimiento técnico, sino también una violación del derecho del paciente a decidir de manera informada sobre los procedimientos a los que será sometido.

Las secuelas físicas no son el único costo que deberá afrontar la mujer. El fallo señala que la pérdida de piezas dentales y la lesión mandibular implican tratamientos largos y costosos, con impacto en su alimentación, en su estética y en su calidad de vida. A ello se suma el padecimiento emocional por haber atravesado una situación traumática que dejó marcas permanentes.

El tribunal también destacó el valor de los testigos, quienes describieron el grave estado de la mujer al salir del consultorio, lo que coincidió con los informes médicos posteriores. La coherencia de los relatos y la contundencia de la pericia odontológica resultaron claves para desestimar la versión del demandado.

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