Mamucha contraataca: "Son chorras, yo las salvé"

Marcela Ramírez, también conocida como Mamucha, rompió el silencio y subió la apuesta. Criticó a las travestis que la denunciaron, a quienes catalogó de delincuentes y de haberse prestado para hacerle “una cama política”.

“Son todas chorras. Yo las conozco hace años, las ayudé en todo sentido e incluso a algunas les he salvado la vida. Llegó a haber 18 chicas trabajando”, recordó Marcela, quien fue condenada por trata de personas y hoy tiene libertad condicional.

Hace un par de semanas las mismas travestis que la habían acusado de trata de personas denunciaron públicamente que fueron amenazadas por ella. Sin embargo, Mamucha aseguró que esto no ocurrió nunca y brindó su versión del hecho: “Cuando volví de Ezeiza empecé a trabajar otra vez en la ruta y un día llegaron varias en un taxi y otra en su auto particular. Se bajaron filmándome, gritándome de todo para que reaccionara. Yo llamé a la Policía y terminamos todas en la Cuarta. Ese fue el único episodio y la única vez que las vi desde que salí de la cárcel”.

Marcela insistió en que todo comenzó por una cama política y acusa a dirigentes de la ATTTA de haber sido la promotora de la movida. “Yo no permití que se metieran en Cipolletti, de ahí viene todo”, señaló Mamucha.

Respecto de las travestis que la acusaron de trata y después de amenazas, sostuvo: “Son todas delincuentes, todas chorras. A mí me afanaron cubrecamas y hasta aparatos para hacer gimnasia”.

También recordó que una de las chicas “pasaba droga a Chile. Se la metía por la cola y de tanto hacerlo le tuvieron que coser el ano”.

Asimismo, aseguró que todas ejercen la prostitución en sus casas y además cobran una pensión nacional. “Después dicen que yo soy la corrupta, ellas son unas chorras, les sacan la pensión a los viejos, a mi mamá, y las cobran ellas. Una vergüenza”, recalcó.

“No soy una mala persona”, aseguró Marcela mientras contó que ya no se dedica a la prostitución: “Conseguí un trabajo en un minishopping, en el centro de Cipolletti”. Pero al parecer, las chicas saben dónde trabaja y pasan casi todos los días gritándole cosas y amenazándola. “También amenazaron a mi madre”, agregó.

En relación con su condena por trata, aseguró que ya pagó y todavía sigue pagando “si es que hice algo mal”. De todas maneras ella cree que nunca actuó mal. “Yo a las chicas las cuidaba, las protegía y las adoraba. Éramos una gran familia. A veces les pedía que a cambio me den una bolsa de alimento para perros, porque yo tuve entre 70 y 80 perros”.

Pero, según Marcela, la política metió la cola y “los códigos implícitos de la calle” comenzaron a romperse hasta terminar con su detención.

“Yo a las chicas las cuidaba, las protegía y las adoraba. Éramos una gran familia. A veces les pedía que a cambio me den una bolsa de alimento para perros”. Marcela Ramírez Condenada por trata, ahora con libertad condicional

SIN CÓDIGOS

“Cómo lo vacuné al croto ese”

Marcela contó que tuvo problemas con algunas de las travestis que se prostituían en Cipolletti. “Pasó varias veces que se bajaban del auto y te decían ‘cómo lo vacuné al croto ese’. ¿Sabés qué significa eso? Que habían mantenido relaciones sin protección y habían contagiado de HIV al cliente. Eso no se hace”, subrayó Mamucha. En la volteada también cayó la Policía, cuyos integrantes “se voltean gratis a las chicas, les sacan la droga a los que van a comprar y se arman altas fiestas”. A otra que le pegó fue a “la monjita de Centenario, que avala todo”, en alusión a la hermana Mónica Astorga.