Los cipoleños usan Telegram para conseguir drogas, armas y sexo
La red social se convirtió en un mercado virtual de lo ilegal, pero a la vista de todo el mundo. Ofrecen todo tipo de drogas, armas de fuego y hasta organizan orgías.
La red social Telegram, que en su momento fue la gran competencia a la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, se convirtió en un lugar donde se puede encontrar todo tipo de productos, incluso aquellos que son penados por la ley. En Cipolletti muchos usuarios explotan esa herramienta virtual para realizar transacciones de diferentes tipos de drogas, sexo y hasta armas, acobijados por el anonimato de un teléfono celular.
Cualquiera puede ingresar y encontrarse con mensajes en los que usuarios ofrecen artículos ilegales, pero también de personas que se encuentran en su búsqueda. Entre los artículos más ofrecidos están la marihuana y cocaína, pero incluso se han realizado ventas de armas que forman parte del circuito negro.
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Uno de los grupos denominados “Falopa Cipo y Nqn”, es un verdadero supermercado virtual de estupefacientes donde se pueden encontrar drogas de todo tipo y precio.
Una de las publicaciones que vende LSD (pepa) los llama “pelis bien rossitas”, y ofrece cada cartón a 300 pesos, con una imagen que muestra al menos 41 dosis de esa droga de la familia de los ácidos. Para comprar sólo basta ponerse en contacto con el vendedor a través de su publicación con un mensaje privado.
Otro de los usuarios publica una especie de trueque; él ofrece hongos alucinógenos y a cambio pretende recibir flor de marihuana.
Una usuaria, bajo el seudónimo Sophie, publicó una foto con pastillas de la famosa droga Fortnite, que utiliza el nombre del videojuego. Se trata de pastillas rosadas, conocidas también como la cocaína rosa. En realidad, este compuesto es un poderoso euforizante usualmente producido o traficado por dealers colombianos en Argentina. Este compuesto es aún más caro que la cocaína alcanzo valores de hasta 8 mil pesos el gramo.
Pero la droga estrella de Telegram es la marihuana, en varias presentaciones. Algunas de las publicaciones ofrecen flores de cultivo casero con “excelente aroma y buen pegue”. Esta cuesta 800 pesos el gramo, y el vendedor la promociona con un video. Otro vende cigarrillos de flores armados a 500 pesos en la zona de Fernández Oro y hasta marihuana prensada, la de menor calidad en el mercado.
Entre las publicaciones que más llaman la atención son las de aquellas personas que venden y compran armas de fuego ilegales. “¿Algún fierro a la venta? Compro fierro al toque, menos un 22, cualquiera”, escribe un tal Matías. Y mensaje seguido aparece un vendedor que le ofrece un arma de calibre 45 milímetros.
Además, se pueden encontrar también ventas e intercambios de baterías de autos, teléfonos celulares y hasta videojuegos de dudosa procedencia.
Otra de las funciones que los cipoleños y cipoleñas le han dado en tiempos de cuarentena a la red social Telegram son los encuentros sexuales casuales. Hay grupos como “solos y solas” y “qué pinta”, pero además los ofrecimientos íntimos quedan plasmados en cualquier grupo que tiene otro fin.
Muchos de los usuarios comentan el momento en el que están “solos” en sus casas para invitar a alguien e incluso se organizan encuentros grupales. Esos ofrecimientos, en varios casos, van acompañados de fotos explícitas, ya que en Telegram no andan con vueltas.
Los mensajes de búsqueda de sexo pueden filtrarse en cualquier otro grupo como en el de Compra y ventas, o hasta el de los fanáticos de los videojuegos. En muchas ocasiones hasta provoca fuertes peleas entre los integrantes y expulsiones.
Cada región tiene sus propios grupos porque la aplicación ofrece acceso según la geolocalización del teléfono. Es decir, los vecinos de Cipolletti sólo pueden acceder a grupos de la zona del Alto Valle y contactarse con personas que están en las proximidades.
Esta red social que nació como una aplicación de mensajería instantánea gratuita y segura, en poco tiempo se convirtió en una especie de “deep web” donde no existe diferencia entre lo legal y lo ilegal, y cualquier deseo puede ser satisfecho, aunque todo tiene un precio. Se debe a que para utilizar la app no es necesario vincularla a un teléfono, lo que facilita el anonimato.
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Paseaba en moto con envoltorios de cocaína y marihuana escondidos
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