Las travestis repudiaron el cerco del Belgrano
Cuestionaron a los vecinos del barrio por el alambrado para alejarlas.
El alambrado que es instalado en el barrio Belgrano y las denuncias realizadas por un vecino contra el funcionamiento irregular de un hospedaje y contra la constante presencia de travestis en el sector residencial fueron repudiadas por la Asociación de Trans y Trabajadoras Sexuales de la región. Georgina Colicheo, presidenta de la organización, sostuvo que los comentarios no sólo “fomentan el odio y la discriminación”, sino que también significan un “importante retroceso para la sociedad”.
La semana pasada lo vecinos manifestaron que el hospedaje ubicado entre las calles Ingeniero Krause y Presidente Justo de Cipolletti funciona como un albergue transitorio al que “las travestis que están en la Ruta 22 entran y salen con clientes después de un par minutos” y que ya están cansados de convivir con el “desagradable” panorama.
Las declaraciones no sólo llevaron a que comenzara a levantarse un alambrado como el de El Manzanar, sino también a que volviera a abrirse una vieja disputa entre los residentes de barrios residenciales contra las travestis que trabajan a la vera de la Ruta 22. Ante la situación, la principal referente de la agrupación ATTS, que tiene sede en General Roca, aseguró que lo que está sucediendo hoy deja ver con claridad “las diferentes clases sociales que pesan más que las mismas compañeras”.
Colicheo aseguró: “Este hombre dice que le molesta el tema del albergue, entonces que lo regularicen. Lo que le molesta de verdad es que las trans estén paradas frente a su casa. Ellas no tienen nada que ver con las irregularidades de este lugar y, sin embargo, las siguen atacando. En su reclamo se puede ver cómo primero apunta contra ellas y después habla del funcionamiento del hospedaje”.
En el marco de las polémicas, la dirigente de la ATTS recordó el incesante pedido y la ardua lucha desde la asociación con respecto a la regularización de las trabajadoras sexuales para “evitar este tipo de situaciones y terminar su criminalización”.
Respecto de las quejas por el ejercicio de la prostitución frente a un colegio, Colicheo aseguró: “Se ha buscado hasta un mecanismo para no trabajar en la hora en la que salen los chicos de la escuela y estar más lejos del barrio. Ellas cuando ven una mamá con nenes pequeños se van, entienden y respetan a los otros; pero debería ser así con nosotras también. No nos quieren en ningún lado. El cerco significa un gran retroceso en el que los que están adentro son los buenos y los que están afuera, los malos”, concluyó.
El cerco marca una diferencia social de las categorías de la sociedad en la que no entramos”. Georgina Colicheo. Presidenta de la ATTS
Robos y otras quejas en el barrio
Los vecinos del barrio Belgrano también mencionaron que en el hospedaje funciona una habitación a cargo del área de Acción Social que ha aumentado la cantidad de robos en la escuela instalada a menos de una cuadra y media. Según aseguraron, en la habitación de Acción Social albergan a personas vulnerables y en situaciones de riesgo que han derivado en reclamos y enfrentamientos violentos en las inmediaciones.
Esas situaciones fueron denunciadas en reuniones del Consejo de Seguridad y se optó por instalar un cerco como se hizo hace años en El Manzanar. Ese alambrado, que provocó una gran polémica en su momento, cumplió con las expectativas que tenían los vecinos y se replicó en el Belgrano, al que pronto ya no se podrá acceder en forma directa desde la Ruta 22.
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